El asesor venezolano Juan José Rendón se ha posesionado en América Latina como un estratega electoral cuya especialidad es salvar candidaturas que atraviesan momentos difíciles, creando rumores sobre sus adversarios.
“Es un apagafuegos que llega en momentos que se está perdiendo para dar un vuelco a la campaña que lo contrata”. Así lo describe el profesor venezolano Manuel Gaitán, quien conoció en Caracas -hace más de 15 años- a este consultor que practica el budismo, estudió psicología, comunicación, publicidad y que en estos días asesora en Colombia a la candidatura de Juan Manuel Santos.Su trabajo e imagen son tan valorados como polémicos. Quienes lo contratan lo catalogan como un “maestro” de la estrategia electoral, con resultados positivos. Pero quienes han tenido que sufrirlo como rival lo califican como un mago de las campañas sucias y de desprestigio; una especie de ‘Goebbels’ contemporáneo.
Aunque es budista y dice creer en la casualidad, su llegada a la campaña presidencial del oficialista Partido de ‘La U’ no fue por obra del azar. Es un admirador confeso del proyecto político ‘uribista’, que ahora abandera el ex ministro Santos. Incluso siguió de cerca la creación de esa organización política, en el 2005.
Por eso, cuando la candidatura oficialista empezó a caer en abril y la de Antanas Mockus crecía a paso acelerado, Santos y su entorno no dudaron en llamarlo. Incluso, en el 2009, el ex asesor presidencial de Álvaro Uribe, José Obdulio Gaviria, recomendó a Rendón para que guiase la campaña electoral de Porfirio Lobo en Honduras que lo llevó al poder.
Aunque en el partido de ‘La U’ este asesor venezolano de 46 años es prácticamente un hombre de la casa, la forma en que concibe y practica la política le ha granjeado más de una enemistad en cuadros del ‘uribismo’, dando pistas así de lo que es capaz de hacer. De hecho, en el 2007, fue protagonista de un escándalo que movió los cimientos del Parlamento colombiano, cuando el actual legislador gobiernista Nicolás Uribe denunció que en vísperas de su matrimonio, ‘JJ’ lo amenazó con hacer correr un rumor con prostitutas si no accedía a ayudar a un funcionario público.
El tema fue debatido en el Congreso y, por entonces, desde el izquierdista Polo Democrático ya se denunció que Rendón era la mente gris que maquinaba campañas de desprestigio hacia esa agrupación política, a la que se le vincula con la guerrilla.
Pero estos episodios no le quitan al sueño a Santos y más bien desde su campaña se ha tratado de minimizarlos. Según él, el éxito que tiene su asesor ha originado que tenga muchos enemigos y, por ello, se tejan historias falsas sobre él. Además, prometió que no permitirá que empiece una campaña de falsa información para afectar a sus adversarios, en referencia a Mockus.
Sin embargo, pocos creen que Rendón no esté en Colombia para hacer lo que mejor sabe: armar rumores. En su propia página web (www.jjrendon.net), el estratega reivindica la importancia de los rumores, como una herramienta “que permite corregir situaciones desestabilizadoras”. De hecho, en el 2006, en una entrevista, Rendón dijo que no tenía ningún reparo en dañar la imagen de sus adversarios, siempre y cuando esté dentro de la ley.
A esa facilidad y talento para armar rumores se le atribuye su éxito, que se refleja en victorias en 20 de 22 contiendas electorales en el continente. En México, por ejemplo, se le concede a él la autoría de la campaña que en 2006 vinculó al izquierdista Manuel López Obrador con el presidente venezolano Hugo Chávez y así beneficiar a la campaña del gobernante Partido Acción Nacional.
Sin embargo, la figura de Chávez es un continuo dolor de cabeza que no ha sido capaz de calmar. No solo porque no comparte su visión, sino porque el líder bolivariano ha sido de los pocos que es capaz de propinarle una de sus más dolorosas derrotas. Fue en agosto del 2004, en el referendo revocatorio del mandato de Chávez. A pesar de que ‘JJ’ trabajó para que se le revoque el mandato, el gobernante salió victorioso con más del 58% de votos.
A la vuelta de seis años la campaña colombiana se presenta para Rendón como una revancha, pues busca que Santos llegue a la Casa de Nariño, un escenario que molesta a Chávez.