El gobierno británico planea limitar los beneficios sociales como asistencia sanitaria y de vivienda a rumanos y búlgaros, alegando la necesidad de poner fin al llamado “turismo de seguridad social” . Pero, para poder cumplir con las leyes de la Unión Europea (UE) , algunos de los cambios podrían afectar tanto a inmigrantes como a algunos británicos.
La prioridad para asignar viviendas sociales será para quienes posean conexiones locales en determinadas zonas.
Las alcaldías serán instadas a utilizar nuevos poderes para dar prioridad en las listas de personas que esperan viviendas sociales, a aquellas con conexiones locales, por nacimiento, educación o por contar con familiares en la zona, una medida que hará más difícil a los inmigrantes acceder a ese beneficio.
El gobierno también evalúa la posibilidad de vincular algunos beneficios sociales con contribuciones impositivas, lo cual excluiría a los inmigrantes que trabajan en negro o que no tienen empleo.
Este domingo, el ministro de Exterior, William Hague, afirmó que los inmigrantes no deben sentirse atraídos por Gran Bretaña sólo por los beneficios sociales que provee y por el “turismo de seguridad social”.
En tanto, un grupo anti-inmigratorio estimó que al menos 50 000 personas se trasladarán por año al Reino Unido desde Rumania y Bulgaria, para aprovechar el acceso a la salud, la vivienda y la educación inicial gratuita en el país.