El gobierno argentino aseguró hoy, viernes 11 de abril, que no modificará su rumbo tras la huelga general que paralizó este jueves gran parte de la actividad en el país.
El impacto que tuvo la medida de fuerza convocada por las centrales sindicales opositoras “no modifica ni un ápice en la dirección” en la que avanza el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, afirmó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
El jefe de la cartera laboral minimizó la huelga al señalar que hubo “una fuerte impresión de paro” producto de los “piquetes” de agrupaciones de izquierda en los accesos a las ciudades.
El titular del gremio ferroviario La Fraternidad, Omar Maturano, no descartó en tanto que se convoque una nueva huelga si “el gobierno no cambia el rumbo”. “Cuando hay necesidades, la paciencia tiene un límite.
Podemos ser pacientes, pacientes, pero hay un límite”, alertó. “El día de hoy no me parece oportuno; acá hay que dar un tiempo, hay que esperar qué medidas toma el gobierno, a ver si cambia el rumbo. Si no cambia el rumbo, seguramente aplicaremos otra medida de fuerza”.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, afirmó en tanto que “es muy difícil evaluar el impacto de algunas medidas de fuerza, por una razón muy sencilla: a veces se confunde el paro con un ‘lock out’ patronal”.
Capitanich criticó además a Moyano y Barrionuevo. “Ninguno tiene la autoridad moral que yo tengo. Fui reelegido (como gobernador de la provincia de Chaco en 2011) con el 60,7 por ciento de los votos.
Cuando cualquiera de los dirigentes sindicales que habla saque ese número de votos, podrá criticar todo lo que tenga que criticarme; mientras tanto, tienen que tener respeto, respeto que ellos no logran a través de su sistema de elecciones”, sostuvo.
Esta segunda huelga contra el gobierno de Fernández de Kirchner fue convocada por la fracción opositora de la Confederación General del Trabajo (CGT), liderada por Moyano; la CGT Azul y Blanca, de Barrionuevo; y el sector opositor de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), de Pablo Micheli. Contó con la estratégica adhesión de los gremios del transporte, por lo que se paralizaron las principales ciudades del país así como también los vuelos domésticos y parte de los internacionales.
El líder de la CTA oficialista, Hugo Yasky, afirmó que la huelga “fue simplemente una demostración de fuerza de un sector que venía desde hace tiempo intentando una pulseada dentro de la CGT y tratando de sostener una propuesta de reagrupamiento del movimiento sindical con vistas a (las elecciones de) 2015″.
Yasky reconoció, no obstante, que la inflación es “uno de los grandes temas a resolver”. “A los trabajadores no nos sirven las paritarias si en dos o tres meses los precios terminan de aspirar lo que se logra en la negociación salarial“.