Todo está listo para el inicio de la cumbre del G20 que empezará mañana en Corea del Sur. Las calles, los edificios y las plazas de Seúl, la capital de este país asiático, lucen vallas que anuncian la cumbre, un evento considerado clave para la imagen de Corea del Sur.
Además, los noticieros y diarios de la capital surcoreana destacan en cada una de sus ediciones la relevancia del encuentro que traerá reformas a las finanzas internacionales y al desarrollo.
El G20 se formó a partir del Grupo de los Ocho (G8: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) e incluye a Australia, Corea del Sur, México, Turquía y siete países en desarrollo: Argentina, Arabia Saudita, Brasil, China, India, Indonesia y Sudáfrica, además de la Unión Europea.
La cumbre de Seúl arranca en medio de fricciones. En los últimos meses, señala la agencia de noticias IPS, países como Japón, Tailandia y Brasil han visto con preocupación cómo sus monedas se han apreciado frente al dólar estadounidense, lo que afecta a su competitividad.
China, por su parte, ha sido objeto de fuerte presión de Washington y de otros gobiernos para que permita que su moneda -el yuan- se aprecie más rápido.
Al mismo tiempo, continúa IPS, los países en desarrollo observan cuidadosamente a Estados Unidos, sobre todo luego de la decisión tomada la semana pasada por la Reserva Federal, de comprar bonos del Estado para volcar USD 600 millones en su economía. Una medida que podría enviar aún más capital especulativo a las naciones emergentes.
Para Park Yung Chul, catedrático de la Universidad de Corea y ex presidente del Instituto Coreano de Desarrollo, de la cumbre del G20 dependerá el crecimiento fuerte y balanceado de la economía mundial. “En esta cumbre, el G20 acomodará la posición de los bancos de desarrollo y de organismos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial”, dijo el lunes en una reunión con medios extranjeros.
Este protagonismo del G20 trae interrogantes. “Existe el peligro de que el G20 sea percibido como un sustituto de la ONU”, indicó a IPS Shashi Tharoor, ex subsecretario general del foro mundial y ministro indio de Relaciones Exteriores. No obstante, Park Yung Chul no cree que esto ocurra.
El G20 básicamente se refiere a temas económicos y financieros. “El G20 complementará el papel de la ONU, no lo veo reemplazándola en el futuro”.
El Canciller de Corea del Sur, Kim Sung-Hwan, se mostró optimista sobre la cumbre. “Como anfitrión de la cumbre, Corea asumirá los desafíos en beneficio de la economía global”. El Canciller surcoreano explicó que la agenda de la cumbre incorporará en esta ocasión a países invitados como Vietnam, Etiopía o España.
“Es difícil que el número de países miembros se incremente, pero es importante contar con países invitados y organismos internacionales que podrán aportar en estos dos días de reuniones”.
Kim Won-Ho, director del Consejo de Corea del Sur para América Latina y el Caribe, cree que la clave de la cumbre está en que se resuelva la guerra de divisas. “Si eso se relaja, el beneficio será no solo para A. Latina sino para todas las economías emergentes”.
Los principales temas de la cumbre del G20
Guerra de monedas y desequilibrios mundiales. Los ministros de Finanzas del G20, reunido en octubre en Corea del Sur, acordaron abstenerse de toda “devaluación competitiva” y favorecer sistemas de cambios “más determinados por el mercado”.
Reforma del FMI. Los ministros de Finanzas se pusieron de acuerdo para dar a los países emergentes una presencia reforzada en las instancias más altas del FMI.
Redes de seguridad. Se trata de proteger a los mercados emergentes contra el flujo de capitales extranjeros que provocan desequilibrios en sus economías.
Desarrollo. Corea del Sur quiere que el G20 se concentre más en una asistencia global a las naciones más pobres. AFP