La fuga de crudo continúa sin control

Legisladores estadounidenses presionaban ayer a ejecutivos petroleros por los errores en un dispositivo de seguridad el miércoles. Mientras Brithis Petroleum (BP) realiza su esfuerzo más reciente en aguas profundas para controlar el enorme derrame de crudo en el Golfo de México que amenaza con un desastre ambiental. BP y Halliburton están bajo escrutinio por su responsabilidad en una explosión de una plataforma el 20 de abril que causó la muerte a 11 trabajadores en lo que podría ser el peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos. Un panel de la Cámara de Representantes de Estados Unidos informó que había descubierto significativos problemas en un mecanismo de control de seguridad en la plataforma de BP, que podría haber contribuido al accidente. El representante Bart Stupak afirmó que la investigación del panel mostró que el mecanismo para prevenir explosiones submarinas tenía una filtración; además, que no contaba con suficiente poder para frenar el flujo petrolero tras la explosión de la plataforma, dando paso a una enorme fuga de crudo. Ayer estaba en camino el intento de BP de cubrir la fuga de crudo con una cúpula más pequeña sobre la filtración en el lecho marino. Funcionarios de BP han dicho que no pueden estar seguros de que tendrá éxito, dadas las dificultades de trabajar a 1,6 km bajo la superficie del océano. El pozo vierte unos 5 000 barriles de petróleo al día en las aguas del golfo. Las empresas pesqueras y de turismo, dos de los principales pilares de la economía del Golfo, junto con las aves, tortugas marinas y otra vida silvestre, están amenazadas por el creciente derrame que podría superar el próximo mes al enorme desastre ambiental provocado por Exxon Valdez en Alaska en 1989. “Todos están asustados porque (...) la pesca comercial es nuestra forma de vida en Lafitte y si no tenemos eso, no tenemos nada”, expresó el pescador Lance Lacrose en Venice, Luisiana.

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