El presidente francés, François Hollande, apoyó al ministro de Interior, Bernard Cazeneuve, criticado tras el atentado de Niza, que dejó 84 muertos, y anunció el envío de artillería a Iraq.
Bernard Cazeneuve, cuya dimisión reclaman algunos partidos políticos, “tiene toda mi confianza”, declaró el jefe del Estado francés tras el Consejo de Defensa, el cuarto desde que se produjera la masacre perpetrada por un tunecino de 31 años en el Paseo de los Ingleses en Niza el pasado 14 de julio, día de la fiesta nacional francesa.
La oposición conservadora, el partido de ultraderecha Frente Nacional y el comunista PCF cuestionaron la gestión del ministro, acusando de insuficiencias en los dispositivos de seguridad de esta ciudad de la Costa Azul el 14 de julio.
Ese día, la embestida de un camión contra la multitud que se congregaba para ver los fuegos de artificio frente a la playa acabó con vida de 84 personas y dejó 350 heridos, doce de los cuales “luchan todavía por su vida”, anunció François Hollande, precisando también que entre las víctimas hay personas de 18 nacionalidades distintas.
En Niza, “fue el mundo el objetivo de los terroristas”, declaró, y subrayó que el autor del atentado “se inspiró en la propaganda de Dáesh (acrónimo árabe para la organización yihadista Estado Islámico) para cometer ese horrible crimen”.
El EI, que reivindicó el atentado, amenazó esta semana en un nuevo video con intensificar sus ataques contra Francia.
La amenaza terrorista “durará”, “debemos defendernos”, advirtió Hollande.
El estado de emergencia instaurado un día después de los atentados del 13 de noviembre en París, que causaron 130 muertos y centenares de heridos, y que acaba de ser prolongado hasta enero “ no nos protege de todo”, agregó.
El mandatario recordó que ha decidido recurrir a los reservistas de la policía, la gendarmería y el ejército para reforzar las fuerzas del orden.
Asimismo, el presidente rechazó toda medida que contravenga “la Constitución y las normas fundamentales del derecho”. “Es en este terreno en el que (los terroristas) quieren ponernos a prueba”, afirmó.
El modus operandi inédito en Europa llevado a cabo en el atentado de Niza y el perfil de su autor, no fichado por los servicios de inteligencia -así como sus presuntos cómplices- ha provocado una fuerte sensación de inseguridad entre la población.
‘Disminución en la vigilancia’
Las preguntas giran principalmente en torno a la facilidad con la que el asesino, Mohamed Lahouiaej Bouhlel, pudo recorrer en camión dos kilómetros del Paseo de los Ingleses, una vía cerrada a la circulación aquel día, antes de ser abatido por la policía.
Para el diputado de Niza Rudy Salles, de centro, citado por el diario de derechas Le Figaro, hubo una “disminución en la vigilancia” de las autoridades después de la Eurocopa de fútbol, durante la que importantes fuerzas de seguridad protegieron las zonas de hinchas.
El 21 de julio, el primer ministro, Manuel Valls, consideró “insoportable el cuestionamiento permanente de la voz del Estado, del prefecto, de los policías”. Aún así, se ha abierto una investigación administrativa que, según prometió Hollande, arrojará resultados “la semana próxima” en nombre de la “verdad” y la “transparencia”.
La investigación judicial avanzó con la inculpación y el encarcelamiento de cuatro hombres de entre 21 y 40 años y de una mujer de 42 años que estaban en contacto con el autor del ataque, un acto “madurado” durante varios meses con “cómplices” y “apoyos”, según el fiscal de París, François Molins.