Las autoridades francesas preparan para este día la repatriación de 700 gitanos de etnia roma a sus países de procedencia, Rumanía y Bulgaria.
Esta etnia se hallaba en diferentes áreas de Francia como refugiados y el intento de enviarlos de regreso es un plan del Gobierno francés que viene desde el 2007.
Fuentes gubernamentales señalaron que los gitanos abandonan Francia “de forma voluntaria”, después de que el Gobierno entregara un aliciente de 300 euros (USD 390) por y 100 euros (USD 130) por niño para que los implicados salgan del país.
La medida fue criticada en Bulgaria. “Dicho de forma diplomática, la expulsión parece (una medida) antieuropea”, dijo Koljo Kolew, conocido sociólogo.
Las estadísticas señalan que 650 000 de los 7,6 millones de búlgaros son de etnia roma.
Solo en Sofía viven unos 30 000 gitanos. La repatriación implica que se “acuse a determinadas personas de una culpa colectiva”, recalcó Kolew.
Tzvetan Tzvetanov, ministro del Interior búlgaro, señaló, luego de que Francia diera a conocer dicho plan, a finales de julio, que su país acogería a los repatriados.
Rumanía, por su parte, cuenta con recibir a unos 371 gitanos en los próximos días, según declaraciones de Valentin Mocanu, secretario de Estado en el Ministerio de Trabajo. Él fue el encargado de llevar a cabo las negociaciones con Francia.
Mocanu dijo que todos los repatriados vuelven por voluntad propia. Rumanía espera a los primeros 79 gitanos para hoy, el resto llegarán mañana y otro grupo arribará el 26 de agosto.
Por su parte, la Comisión Europea anunció que vigilará que Francia respete el derecho comunitario en la prevista expulsión.
Una acuerdo del 2004 considera posible la expulsión de ciudadanos comunitarios de otro país de la UE sólo en caso de que existan peligros para la seguridad pública y la salud.
La norma prevé también el examen individual de cada caso, es decir, excluye una expulsión masiva. “Francia dice que no se trata de una expulsión masiva”.