El Parlamento Europeo exhortó a Francia a “suspender inmediatamente” las expulsiones de gitanos, recordando la libertad de movimiento y de residencia de la que gozan los ciudadanos de la UE. Pero la petición fue rechazada de plano por el Gobierno francés.
Por segunda vez en una semana, los legisladores arremetieron contra las repatriaciones de esta comunidad en Francia, fruto del endurecimiento de la política de seguridad del presidente conservador Nicolás Sarkozy, que ha suscitado una controversia europea y la preocupación de la ONU y del Vaticano. Por 337 votos a favor y 245 en contra, el Parlamento Europeo adoptó una dura resolución, presentada por socialistas, liberales, ecologistas y comunistas, que si bien carece de valor vinculante, supone un revés embarazoso para la política del Gobierno francés. Más de 8 300 gitanos han sido expulsados de Francia desde el 1 de enero, mientras Alemania aprobó recientemente un acuerdo con Kosovo que abre la vía a las expulsiones, e Italia, si bien no echó del país a ningún miembro de esa comunidad, desmanteló varios campos ilegales.
El ministro francés de Inmigración, Eric Besson, dijo que su país no suspenderá las expulsiones.