La imagen es fuerte. Y se la publica en la portada de uno de los principales periódicos venezolanos.
Es viernes 13. El titular dice. “15 millones de armas ilegales hay actualmente en el país”. Bajo él, una fotografía a cinco columnas de ancho y desplegada a lo largo de la página.
El paisaje es grotesco. Una morgue. Cadáveres. Decenas de cadáveres. Cuerpos inertes, algunos con síntomas de descomposición, sobre camillas. “Muertos sin dignidad”, refiere el pie de foto.
Los editores del diario El Nacional justifican la publicación de la imagen porque, según ellos, es necesario mostrar la grave situación de inseguridad en Caracas.
El Consejo Nacional de Derechos del Niño demandó al periódico. Pidió una sanción del 2 por ciento de los ingresos brutos de la empresa mediática.
Horas después, la Fiscalía emitió una prohibición expresa a El Nacional: no podrá publicar imágenes, informaciones y publicidad de cualquier tipo, con contenidos de sangre, armas, mensajes de terror, agresión física, imágenes que utilicen contenidos de guerra o sobre muertes o decesos que puedan alterar el bienestar psicológico de los niños, niñas y adolescentes”.
Un boletín de la Fiscalía explica la medida: “La polémica foto vulnera el derecho a la integridad moral y psíquica de los niños, niñas y adolescentes, así como a recibir información adecuada a su formación integral”.
Solidario con El Nacional, y porque su director considera que se trata de una censura disfrazada, el diario Tal Cual (del ex guerrillero Teodoro Petkoff) difundió el lunes 16 la misma fotografía.
En respuesta a Tal Cual, la Defensoría del Pueblo exige prohibir a todo medio impreso la publicación de la imagen.
Petkoff dice: “El tema de fondo no es la aparición de esa foto, sino la expansión de la delincuencia en Caracas (…).
El Gobierno ha emprendido 16 planes en sus 11 años en el poder, pero todos fracasaron y el problema se le fue de las manos”. Silvia Allegret, presidenta del Colegio Nacional de Periodistas, apoya a El Nacional: “Esa imagen ha hecho que la gente entienda la inseguridad como un tema extremadamente grave”.
El editor de El Nacional, Miguel Otero, tene sus razones: “No podemos dejar de publicar la realidad, ese es nuestro papel. Sería el colmo que cediéramos ante una cosa que es prácticamente una censura”.
Hay un contexto: Caracas es una de las ciudades más peligrosas del mundo. En el 2008 hubo más de 10 000 muertes violentas y en el 2009 entre 13 000 y 16 000.
Y hay preguntas: Si se publicaran más fotos como esa, ¿tomaría conciencia la gente sobre la negligencia del Gobierno y dejaría de votar por él? Si no se publicaran nunca más, como desea el Régimen, ¿dejaría la gente de matarse?