El paso por el Puente Internacional de Rumichaca, en la frontera entre Colombia y Ecuador, ahora está casi vacío. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO
‘Los venezolanos que salimos del país tenemos que viajar con los ojos puestos en las noticias, porque las normativas que dificultan el acceso a las naciones vecinas cambian constantemente”. Así comenta Rafael Rivas, quien nació en el estado de Aracuy hace 51 años.
El viernes pasado realizó el trámite de ingreso de Colombia a Ecuador. Se demoró dos horas para que le sellaran la tarjeta andina, tras presentar la cédula de ciudadanía.
Las largas filas prácticamente desaparecieronen las oficinas de Migración de Ecuador y Colombia, en Rumichaca.
Inicialmente, Rivas tenía como destino Lima. Pero, ahora ‘probará suerte’ en Guayaquil, luego de que el 15 de junio pasado la nación vecina pusiera en vigencia la demanda de pasaportes y visa para los venezolanos que ingresen a ese país.
Desde esa fecha, el número de extranjeros que realizan trámites disminuyó paulatinamente. Un funcionario recuerda que un día antes deque entrara en vigor la medida migratoria en Perú, 8 000 venezolanos ingresaron por la frontera norte, por los puentes de Rumichaca y San Miguel.
El Acnur calificó la cifra como un récord. En Rumichaca, la principal puerta de ingreso de los migrantes extranjeros, se realizaron 6 000 trámites el 14 de junio pasado. Eso contrasta con las 1 500 atenciones diarias de la semana anterior, entre los cuales estaban Rafael Rivas, su esposa y dos niños.
Según Daniel Regalado, presidente de la Asociación de Venezolanos en Ecuador, el flujo de sus compatriotas en condición de movilidad se redujo porque se dieron cuenta de que necesitan el pasaporte y la visa. Comenta que hay gente que realiza sus trámites en Venezuela para alcanzar estos requisitos, pero la atención en ese país es engorrosa. En la lista están personas que aspiran a ingresar a Perú y Chile con los papeles en orden.
Regalado advierte de una nueva ola de migrantes que llegaría el próximo mes. Está compuesta por familiares de estudiantes que desean salir de Venezuela y que terminarán el año escolar el 15 de julio.
Regalado reconoce que en este momento tiene compatriotas que se aventuran y cruzan por pasos informales.
Este es el caso de Janelly Delgado, nativa del estado de Zulia. Viaja a Perú con nueve familiares, entre ellos, una nieta que nació en Tulcán, el miércoles pasado. Ninguno tiene pasaporte ni visa. Sin embargo, sostienen con esperanza una carta de invitación que les envió su primo, que desde el año anterior reside en Lima.
Esta familia espera ingresar mediante la ayuda humanitaria que se ofrece a las mujeres embarazadas, personas enfermas, adultos que viajan con niños o que van para la reunificación familiar.
Algunos grupos de extranjeros que no pudieron viajar por falta de dinero y documentos permanecieron varios días en las calles y parques de Tulcán, Ibarra y Otavalo.
La mayoría realiza trabajos temporales, como ventas ambulantes, para reunir dinero y continuar su periplo, explica Regalado. Pero los que han decidido quedarse en Ecuador prefieren las ciudades grandes como Quito, Guayaquil y Cuenca, con la esperanza de conseguir empleo.
Las instituciones nacionales e internacionales mantienen las labores de asistencia. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO
Sin embargo, organizaciones como la Asociación de Venezolanos en Ecuador les recomienda buscar departamentos de arriendo en localidades aledañas a las urbes, como Guayllabamba, Calderón y Los Chillos, cerca a Quito, en donde pueden encontrar alquiler de viviendas a menor costo.
Ecuador es el cuarto destinos preferido por los migrantes venezolanos, en la llamada ruta del sur.
De los 4 millones que han abandonado su país, según Acnur, 1,3 millones se quedaron en Colombia, 768 100 están en Perú, 288 200 residen en Chile y 263 00 en Ecuador.
A pesar de la disminución del flujo de viajeros, junto al viaducto internacional de Rumichaca permanecen en alerta las instituciones públicas y privadas. El viernes último, por ejemplo, el personal de las agencias internacionales realizó una minga de limpieza.
Se lavaron el piso y las 10 carpas de acogida de migrantes. También se mantiene el corredor humanitario, con un autobús con capacidad para 44 personas que viaja a diario desde Rumichaca hasta Huaquillas, en la frontera con Perú.
El arribo masivo de migrantes venezolanos ha tenido fluctuaciones, debido a las políticas migratorias de los países vecinos. Eso sucedió, por ejemplo, en agosto del año anterior, cuando Ecuador exigió pasaporte a los venezolanos. La medida rigió hasta marzo.