El festival en honor a San Fermín se remonta a épocas medievales y mezcla procesiones religiosas, fiestas toda la noche y las peligrosas corridas de toros. Foto: EFE
Miles de personas vestidas de rojo y blanco se rociaron este miércoles 6 de julio del 2016 con vino en la plaza principal de la ciudad española de Pamplona en el comienzo de las famosas fiestas taurinas de San Fermín.
El festival de nueve días despegó al mediodía con el tradicional grito de “¡Viva San Fermín!” desde el balcón de la sede del ayuntamiento, seguido del lanzamiento del cohete conocido como el “chupinazo”.
Los juerguistas, en su mayoría ataviados con la típica vestimenta blanca combinada con pañuelos y fajas rojas, bailaban y esparcían vino tinto, mientras descendía sobre ellos confeti rojo y blanco.
Las multitudes jugaban sobre sus cabezas con largas pelotas hinchables de color amarillo y negro. Otras personas prefirieron observar el espectáculo desde atestados balcones.
Este año contó con una primicia: la persona que disparó el “chupinazo” para iniciar el festejo fue elegida en una votación popular organizada por el ayuntamiento.
Con más del 40% de los votos, el privilegiado fue Jesús Ilundaín Zaragueta, de 85 años, quien fue uno de los inventores del canto en honor a San Fermín cada mañana antes de los encierros, cuando las personas muestran su valor corriendo delante de los toros de lidia.
“En el otro mundo se celebra San Fermín, estoy seguro”, dijo Ilundaín Zaragueta, en una entrevista publicada por el periódico local Diario de Navarra.
El festival en honor al santo patrón de la región española de Navarra (norte) se remonta a épocas medievales y mezcla procesiones religiosas, fiestas toda la noche y las peligrosas corridas diarias.
Cada mañana, a las 08:00 locales, cientos de personas se lanzan junto a seis grandes toros a correr por 846,6 metros por las estrechas y resbaladizas calles del centro histórico de Pamplona, hasta llegar a la plaza de toros, donde los animales serán toreados en la tarde.
Los más temerarios corren cerca de las astas de los toros, evitando ser corneados.
El primer encierro, que suele atraer el mayor número de participantes, será el jueves. Cada carrera dura en promedio menos de cuatro minutos.
Unas 15 personas han muerto en los encierros desde que empezaron los registros en 1911.
Pero estas fiestas no son celebradas por todos: una cincuentena de defensores de los derechos de los animales semidesnudos se embadurnaron el martes con falsa sangre frente a la plaza de toros de Pamplona, con pancartas en varios idiomas que rezaban “San Fermín se baña de sangre”.