Lady Gaga y Amy Winehouse han acaparado las listas mundiales de popularidad. Quién sabe si por su estilo o por su música, aunque la segunda siempre parece opacada por el primero. Lo cierto es que estas singulares artistas se han convertido en un fenómeno comercial y mediático.
Veneradas por unos, odiadas por otros, no tomadas en cuenta por algunos; sea como fuere, las dos se han transformado en todo un espectáculo, en el que sus vidas son seguidas como si se tratase de una telenovela .
Personajes pintorescos, con una peculiar forma de vestir, de peinados estrafalarios, actitudes irreverentes y también con unas vidas íntimas que son objeto de comentarios y especulaciones. Son divas que se han convertido en las controvertidas estrellas de la música actual. Dos personajes que tienen mucho en común.
Amy Winehouse, considerada como una de las revelaciones del soul y del jazz actual, dotada de grandes cualidades vocales, con una voz prodigiosa, ha llegado a tener un vertiginoso éxito. Sin embargo, Winehouse está en los titulares más por los escándalos en su vida personal: problemas de drogas y alcohol, sus entradas y salidas de clínicas y cárceles. Su música ha quedado en un segundo plano.
Pareciera ser la representación femenina del vicio. Tatuada, fanática del alcohol y las drogas, en fin, toda una chica mala que llama la atención.
Después del exitoso lanzamiento de su disco ‘Back to Black’ en 2006, que siguió a su debut: ‘Frank’, Winehouse tuvo una progresiva degradación. Comenzó así su dramático historial de cancelaciones y desplantes.
Anorexia, bulimia, conciertos cancelados, episodios violentos, problemas judiciales, intentos de suicidio… han sido algunos de los tormentosos momentos con que condimenta las páginas de la prensa rosa musical.
Amy parece alimentarse de su propia desgracia para salir adelante y aparentemente sus locuras nutren su música y su carrera artística.
El fenómeno pop, en tacones de 15 centímetros y medias de pedrería, revienta y reinventa el mercado musical pop en manos de LadyGaga.
Esta joven cantante no solo ha acaparado las listas mundiales de popularidad gracias a temas como Just Dance y Poker Face del álbum ‘The Fame’ (2008), también suele captar la atención por sus polémicas declaraciones, actitudes problemáticas, su forma de vestir y su agitada forma de vida.
De ella se ha escuchado, leído y comentado de todo. Bisexual, hermafrodita o quizás solo andrógina, pero maneja a los medios con la mano izquierda mientras con la derecha agarra el micrófono.
Este reino de poder le permite muchas cosas: decir que se pondrá un pene falso para confrontar los chismes de su sexualidad; que tener sexo sin condón es como jugar a la ruleta rusa o cualquier cosa controversial.
Cínica, escandalosa, polémica. Convierte su propio cuerpo en un objeto, ‘glamouriza’ sus experiencias sexuales y se toma su arte demasiado en serio.
El precio de la fama no siempre resulta fácil de pagar para algunas celebridades. Cada cosa que hacen o dicen está bajo la lupa pública y se transforma de inmediato en un titular que copa las primeras planas.
En una encuesta que realizó recientemente el portal brasileño globo.com, con el voto de sus lectores, Lady Gaga y Amy Winehouse fueron elegidas como las famosas más bizarras de 2009. Winehouse por su comportamiento controvertido y Lady Gaga por sus ‘looks’ estrambóticos y bizarros.
Pareciera que sus personajes han empezado a devorarlas a ellas, a sus canciones y a sus intenciones. El morbo, el éxito y el acoso, enfermedades virales, peligrosas e implacables, forman parte de su éxito.