Luego del referendo en Bolivia, el presidente Evo Morales, gobernará un país polarizado. Foto: AFP
El presidente boliviano Evo Morales veía diluirse el martes la posibilidad de una nueva reelección, a medida que se consolidaba su derrota en el referendo del domingo, cuyo escrutinio avanzaba lentamente.
Un resultado adverso obligaría a Morales buscar consensos para terminar su mandato, y pensar en un sucesor.
A pesar de la tendencia del voto, el mandatario boliviano, que gobierna desde 2006 afincado en el apoyo de una importante base social de indígenas y sectores populares, albergaba todavía la esperanza de un triunfo: “Somos optimistas” , dijo a la prensa.
Sin embargo, según el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) , con el 77,7% del escrutinio oficial de los votos, el rechazo a la reforma constitucional que habilitaría una nueva reelección consecutiva obtenía 53,91%, contra 46,09% de apoyo.
Según el analista independiente Andrés Torres, por más que triunfe ajustadamente el Sí, el resultado “deja a Morales vulnerable a los ataques de la oposición, que buscará que su gestión (que concluirá en 2020) no termine en los mejores términos, para que no pueda volver” pasado un período constitucional, esto es, en 2025.
El politólogo Jorge Lazarte, exvocal del Tribunal Electoral, considera que el resultado corrobora que “una parte del país (..) le dijo basta”, lo que le obligará a consensuar sus políticas de aquí en adelante.
Si se confirma la tendencia del voto, sería la primera derrota electoral directa de Morales en sus 10 años en el poder, aunque en 2015 su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS) , perdió plazas clave en los comicios municipales.