La Paz, AFP, DPLos resultados de las elecciones regionales del pasado domingo en Bolivia supusieron un traspiés político para el gobierno de izquierda del presidente Evo Morales. El Movimiento Al Socialismo (MAS) del Mandatario, si bien ganó cinco de las nueve gobernaciones departamentales, fue derrotado por la oposición derechista en los dos departamentos más ricos del país (Santa Cruz y Tarija).Además, resignó espacios ejecutivos en siete de las 10 alcaldías principales, entre ellas su bastión de La Paz.Según reportes de conteo rápido de canales privados de televisión (los oficiales y finales se conocerán durante los próximos 15 días), los ex gobernadores Rubén Costas y Mario Cossío, fueron ratificados en Santa Cruz y Tarija, respectivamente.Costas, quien llegó a llamar algunas veces al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aliado de Morales, “macaco mayor”, alcanzó el 51% de los votos, seguido a distancia por el oficialista Jerjes Justiniano. Tarija -que concentra el 80% de las reservas de gas del país, ratificó a Cossío (49%), frente al oficialista Carlos Cabrera.Santa Cruz y Tarija empujaron una dura oposición en contra del presidente Morales y arrastraron tras de sí a los liderazgos de Beni, Pando y Chuquisaca, lo que en el 2008 provocó una fuerte convulsión en Bolivia que estuvo cerca de originar una guerra civil.El Mandatario y su partido MAS ganaron las gobernaciones de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca. Los resultados hasta ayer en la tarde aún se mantenían inciertos en el departamento amazónico de Pando.Con resultados extraoficiales en mano, Morales declaró la noche del domingo vencedor a su partido, pues, dijo que obtuvo más concejales y gobernaciones que en el 2005, cuando se realizaron comicios similares. Pero no mencionó que sus candidatos perdieron en siete de las nueve capitales departamentales, incluyendo La Paz, un duro golpe por tratarse de su fortín político. La derrota en la capital del país tiene otra consecuencia: el ascenso político de Juan del Granado, actual alcalde de esa ciudad.En la ciudad El Alto, una de las más pobladas del país, sí se la adjudicó Morales pero con un 39%, muy por debajo de las elecciones anteriores donde obtuvo votaciones por encima del 70%.El hecho de que el Morales no refrendara en la elección regional su triunfo aplastante (64%) de la presidencial de diciembre es una señal clara que da el pueblo boliviano de que busca equilibrios de poder político y evitar la confrontación ideológica. Para el analista Ricardo Paz, la votación del domingo “es el restablecimiento del equilibrio político en el país, porque daba la impresión de que el MAS se convertiría en hegemónico”.