El presidente de Uruguay, José Mujica, a partir de hoy, tendrá una nueva rutina de trabajo que contempla el ejercicio físico, cuidados en las comidas y mejor descanso.
Esto le recomendaron sus médicos, tras detectar, el pasado miércoles, un pico de estrés, lo que implica una disminución de defensas que en su caso debe cuidarse, debido a su intensa agenda de trabajo de hasta 18 horas al día.Mujica, de 74 años y ex guerrillero, admitió: “Esto puede ser muy grave si no me autorregulo y esta es la cuestión básica. Amontoné muchas cosas en la agenda y me pasé de rosca”, expresó, según el diario El País de Montevideo.
“Estoy padeciendo dificultades notorias para poder dormir. Me despierto a las dos, las tres de la mañana y la cabeza me da vueltas y vueltas con problemas de todo tipo. No puedo dormir, me levanto, a esa hora leo y escribo. Me agarra el amanecer, me ataca el sueño, arranco el día y continúo en la máquina”, afirmó en su audición radial, Habla el presidente.
Mujica, ex miembro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros en los años sesenta y setenta, durante la dictadura militar, por cuya actividad fue apresado durante 14 años, sostuvo que tiene “acumulación de cansancio”. Ha escuchado las recomendaciones de sus médicos, que le habían sugerido que relaje un poco su ritmo de trabajo, y finalmente no acudirá a la cumbre entre la Unión Europea y América Latina, en Madrid.
Aunque Mujica no viaje esto no significa que vaya a tomarse un reposo, sino que continuará ejerciendo su labor pero desacelerará el ritmo y se obligará a descansar seis horas diarias.
El diario La República recuerda que el líder del Frente Amplio padece de una enfermedad inmunológica que fue controlada en el pasado. Esta enfermedad, explica el diario, le impide estresarse fuera de los parámetros normales.
Hace cinco años, fue hospitalizado a causa del agravamiento de la vasculitis, una enfermedad que le baja sus defensas y le agrava una deficiencia renal.
Dos personas del entorno del presidente consultadas por El País coincidieron en que los problemas de Mujica se deben a su fuerte ritmo diario de trabajo y no a la vasculitis que padece.
Se le ha aconsejado sin éxito a Mujica a que baje la intensidad de su trabajo y exposición pública. “Seguirá realizando su agenda normalmente en Montevideo y no hay un problema de salud que lo obligue ni siquiera a tomar un reposo puntual estos días”, indicó el canciller Luis Almagro.
Una jornada agotadora e imprevista
La jornada del presidente José Mujica es larga (de unas 18 horas), llena de imprevistos, agotadora para su entorno.
Según una publicación del diario El País de Uruguay, el 18 de abril, Mujica no deja de sorprender a los propios dirigentes de izquierda que muchas veces reciben llamadas al amanecer. Les pregunta sobre la marcha de un tema determinado, o les anuncia que en un par de horas lo recibirá en su despacho de la Torre Ejecutiva para evaluar una situación.
También es común que, sin aviso previo, se traslade al Parlamento para dialogar con referentes de la oposición, o con el vicepresidente Danilo Astori, o se aparezca en la casa de las leyes con el libro de traspaso de mando en la mano, como hizo el 5 de abril, para evitar que el acto protocolar se hiciera en la madrugada, cuando partía a Caracas a las 05:00.
Sin ningún tipo de protocolo, y ante la mirada atónita de los usuarios de la policlínica del Casmu, Mujica llegó para hacerse un chequeo general y aguardó a ser atendido como un ciudadano más.
Inicia la jornada sobre las 06:00, cuando se levanta y entre mate y mate planifica la actividad del día. Generalmente, la agenda oficial la acuerda con su equipo de allegados el día anterior, pero suele incluir otras actividades.
Lo habitual es que llegue a su despacho antes de las 08:00 cuando se reúne con el gabinete y se retirara a las 20:00 ó 21:00.