Desde ginecólogos a juristas, pasando por neuropsiquiatras, varias organizaciones profesionales de la salud se movilizaron contra la reforma que casi suprime el aborto en España, rechazando “volver a la época franquista”.
El gobierno conservador de Mariano Rajoy ha desencadenado una tormenta entre los colectivos de izquierda y feministas de Europa al aprobar un proyecto de ley que casi suprime el aborto en España, salvo en caso de peligro para la salud física o psicológica de la mujer, o de violación.
La actual ley del aborto, aprobada en 2010 durante el gobierno socialista, autoriza la libre interrupción del embarazo hasta la decimocuarta semana y hasta la semana 22 en caso de malformación del feto.
“Estamos sobre todo centrados en que la ley no salga”, explicó a la AFP Isabel Serrano, antigua presidenta de la Federación Nacional de Planificación Familiar y coordinadora de “Decidir nos hace libres”, un colectivo que reúne a más de 300 asociaciones.
Pero, si el texto se aprueba en el Parlamento, “seguro que va a haber sectores, digamos insumisos, que no van a cumplirlo o incluso algunas comunidades autónomas porque se dijo que Cataluña, Galicia, Extremadura, Andalucía no lo aplicarán”.
Silvia Aldavert, coordinadora de planificación familiar de Cataluña, en el noreste del país, confirma ese punto.
“La primera lucha es intentar conseguir que la mujer no tenga que irse fuera” para abortar, afirma, antes de añadir que “si no conseguimos eso, pues habrá un segundo paso que no será nada más ni nada menos que lo que se hizo en la época franquista” (1939-1975).
Antes de la ley de 1985, en la que se autorizó el aborto en caso de peligro para la salud mental o física de la madre, violación o malformación del feto, las mujeres españolas viajaban sobre todo a Londres o Amsterdam, gracias a “redes de apoyo en todos sentidos a las mujeres que lo necesiten, desde información, asesoramiento, acompañamiento, apoyo económico, apoyo en viaje”, explica.
Con la reforma, “prácticamente el 90% de la mujeres que abortaban hasta ahora quedarán fuera, no podrán abortar. Tendrán o que irse al extranjero y pagárselo, o hacer un aborto clandestino y jugarse la vida”, deplora esta militante de los derechos de la mujer.
“Todo eso es para los neoconservadores. Esta gente sostiene que desde el momento de la concepción hay una vida humana. Nosotros entendemos que el ser humano es el que ha nacido”, explica a la AFP el doctor Santiago Barambio, de la Clínica Tutor de Barcelona, uno de los padres de la ley de 2010.
Este médico cuenta “con el rechazo en Europa de personas como la ministra francesa de igualdad”, Najat Vallaud-Belkacem, que ha mostrado su deseo de que el debate se extienda al Parlamento Europeo, y con el rechazo al proyecto de muchos miembros del gobernante Partido Popular (PP) .
El PP cuenta con la mayoría absoluta en el Parlamento español, pero algunos de sus responsables ya han criticado esta ley, como es el caso de los presidentes regionales de Extremadura y Galicia.
Seis organizaciones miembros de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas) y la asociacion española de diagnósico prenatal (AEDP) también se alarmaron por los riesgos para las mujeres.
Una asociación de mujeres juristas, Themis, prepara un texto exigiendo la retirada del proyecto de ley que “es un retroceso que va a generar más problemas y se va a volver a una ley de las más restrictivas de Europa”, cuando la mayoría de los países del continente permiten el aborto, según una portavoz.
Este jueves, 23 de enero, varias mujeres tienen previsto solicitar “simbólicamente” asilo en la embajada de Francia en Madrid.
El primero de febrero, un “tren por la libertad” llegará a Madrid con militantes del norte de España.
Según Isabel Serrano, está prevista una manifestación el 29 de febrero en Bruselas ante el Parlamento Europeo.
“Hay muchas asociaciones en Europa que me están llamando para saber cómo pueden ayudar. Todo está empezando” aseguró.