Algo está incomodando a la familia presidencial argentina. Los escándalos de corrupción van tomando cada vez más cuerpo. A medida que pasan los días, se complican más las personas de su entorno político. Y en todas ellas, aparece el nombre de Venezuela. La oscura trama, de la que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se defiende diciendo que es una operación mediática, comenzó en noviembre del 2008, auspiciada por la opositora y hoy diputada Elisa Carrió. “Voy a denunciar por asociación ilícita agravada, defraudación, evasión fiscal y lavado de dinero a los señores Néstor Kirchner, Julio de Vido, Claudio Uberti, Lázaro Báez, Rudy Ulloa Igor y Cristóbal López”, dijo Carrió en ese momento.Ella añadió que quería que se “investigue con claridad meridiana si el ex presidente Néstor Kirchner es el jefe de una asociación ilícita’ Para que alguna vez, por más que sea dentro de mucho, estos ladrones terminen presos acusados por delitos que no sean excarcelables”. Parecía una denuncia más, pero la causa tomó vida hace algunas semanas cuando el ex embajador argentino en Venezuela, Eduardo Sadous, declarara ante el juez que la investiga, Julián Ercolini, que había escuchado de empresarios de maquinaria agrícola que les pedían “coimas” para ingresar al mercado venezolano. Los montos serían del 15% de “comisiones” a la intermediaria Palmat, con sede primero en Miami y ahora en Panamá, luego de que se descubriera, en agosto del 2007, una valija con USD 800 000 que el empresario estadounidense-venezolano Antonini Wilson intentara ingresar a Buenos Aires. Otra intermediaria es Madero Trading, también fundada luego de lo de la valija, pero sus voceros afirman que solo recibían el 3% de un monto total que alcanzaría los USD 45 millones. “Este 15% era una comisión que se pagaba voluntariamente como parte del costo de la operación”, declaraba a la prensa el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), José María Alustiza. Añadió que el gremio también recaudaba 1% para operaciones y la creación de un fondo común. Hay temor y silencio entre los 39 operadores que habrían aceptado la negociación y dicen que Sadous miente. También se mantienen en silencio aquellos que se negaron a pagar. “A este caso le hace falta un arrepentido”, aseguró el ex Defensor del Pueblo, Eduardo Mondino. Sin embargo, bajo estricto compromiso de confidencialidad, un industrial sostuvo que “llamaban desde el Ministerio de Planificación y pedían el 15% sí o sí”. Sadous había enviado un cable de carácter urgente a la Cancillería desde Caracas. Allí menciona la “grave situación” al haber un faltante de USD 90 millones de un fideicomiso común que en el 2004 firmaron De Vido y su par venezolano Rafael Ramírez. En una entrevista exclusiva concedida al diario Página 12, un representante de Palmat, en nombre de la empresa, dijo que “en el mundo entero se paga hasta el 20% por los servicios que prestamos nosotros’ Fuimos seleccionados por la Cafma sin participación del Estado venezolano”.En el acuerdo firmado por De Vido y Ramírez, Venezuela compra productos argentinos con el dinero que recibe de la venta de fuel oil (diésel). Sobre la maquinaria agrícola, se estipulaba la presencia de sociedades intermediarias. “Es el fuel oil la clave de esta investigación”, sostiene ante Diario EL COMERCIO una fuente cercana a la causa, al admitir que lo de la maquinaria agrícola “es apenas una parte, menor, mucho menor, de todo lo que se podría estar haciendo”. Entre 2004 y 2009, Argentina compró a Padvsa diésel por USD 1 878 millones, 238 millones más que lo que vendieron las petroleras en Argentina por la misma cantidad, país que también exporta diésel. Según Diego Cabot, autor del libro “Hablen con Julio”, que investiga a De Vido, dijo a este Diario que una de las claves de esta denuncia está en todo un círculo de negocios que solamente ocurre con Venezuela. “Lo normal en los negocios binacionales es que todo se hace a través de la Cancillería. En este caso, y solamente con Venezuela, se hace por fuera de los caminos naturales y se recurre a una embajada paralela”, cuenta. El embajador Sadous fue relegado a “momia coctelera”, mientras dos veces al mes llegaba a Caracas Claudio Uberti, “el embajador paralelo”, quien fue cesado en sus funciones por haber traído en un vuelo privado a Wilson con el mentado dinero.Sin embargo, a Cabot no le sorprende en absoluto la corrupción y que todo apunte a De Vido: “es un funcionario leal, de perfil bajo, que no tiene ambiciones de poder. Por eso el 23 de mayo del 2003 (N. de la R.: dos días antes de asumir Kirchner y como parte de una práctica en que se reforma la ley de ministros), se logra que toda la obra pública quede en manos del Ministerio de Planificación. Antes lo hacía cada ministro: los hospitales, Salud; escuelas, Educación, etc”.