Como ejecutiva de una multinacional, Martha Lucía Gutiérrez estaba acostumbrada a viajar con frecuencia. Sin embargo, su última experiencia en el Aeropuerto Internacional de Miami la dejó aterrada.
“Una mujer corpulenta me tocó mis senos hasta hacerlos doler, además intentó meter sus dedos por mis genitales por encima de la ropa, me sentí completamente ultrajada”. Y es que tras el descubrimiento el mes pasado de una conspiración para volar aviones de carga camino a EE.UU., los métodos implementados por la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) en los aeropuertos para evitar un ataque han desencadenado una polémica.
Durante las revisiones, si el escáner del cuerpo entero revela algo extraño, o si un pasajero se niega a pasar por dicha máquina, un agente del mismo sexo del viajero llevará a cabo un registro más personal, que incluye tocar partes íntimas, para encontrar armas y artículos sospechosos.
El jefe de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA), John Pistole, aseguró en una entrevista a la cadena CNN que los controles llevados a cabo por sus agentes representan “la última barrera, la línea extrema que defiende la seguridad en los cielos”.
Según la TSA “esto no tiene nada de punitivo, simplemente tiene sentido para mejorar la seguridad” y agrega que “las armas y otros artículos peligrosos y prohibidos que hemos encontrado durante los cateos lo corroboran”.
También ha especificado que los operadores de los escáneres “no pueden almacenar, imprimir, transmitir o guardar las imágenes” de las personas ya que, asegura, “son automáticamente eliminadas del sistema”.
Sin embargo, muchos no lo ven así. Hace poco John Tyner, un ingeniero de California, se hizo famoso al negarse a ser sometido a una revisión corporal, incluida la zona genital, pues dijo: “Si me tocas el bulto, te hago arrestar”.
Tyner hizo un video de lo ocurrido en el aeropuerto, que se ha convertido en parte de una campaña que invita a los pasajeros a no dejarse revisar tan íntimamente. El hecho dio lugar a la aparición de camisetas, gorras e incluso ropa interior con la inscripción ‘¡no me toques el bulto!’.
Por su parte, Brian Sodergren, residente de Virginia, lanzó una campaña en Internet en la que invita a la gente a que se niegue a ser sometida a revisiones el día previo al día de Acción de Gracias, el miércoles 24 de noviembre, uno de los de mayor tráfico aéreo del año. Según Sodergren, el interés en su portal aumentó tras el incidente de Tyner.
Otro grupo de ciudadanos creó la página WeWontFly.com y afirma haber recibido más de 70 000 visitas por día. El portal invita a los pasajeros a que se nieguen a los escáneres y los cateos, y a la TSA a que elimine sus ‘porno-escáneres’ y ‘manoseadores’.
“Estamos en contra de los escáneres de rayos X que registran todo el cuerpo, desde la perspectiva de la salud y la privacidad. No consentimos las revisiones de cuerpos desnudos. No queremos ser conejillos de Indias para nuevas, y posiblemente peligrosas, tecnologías”, refieren en su página en la red social Facebook.
Los impulsores de la medida alertan que el uso de escáneres puede causar daños a la salud por el nivel de radiactividad utilizado, además de que constituye una invasión a la privacidad de los pasajeros. La página invita a los pasajeros a “pasar” de la revisión y expresárselo así a los operadores del escáner. “No estás obligado por ley a ser revisado; sin embargo, algunos empleados podrán tratar de intimidarte o insistir en ello. Necesitas ser firme”, agrega.
Además de muchos pasajeros, los pilotos y las azafatas tampoco están de acuerdo con las nuevas medidas y trabajan conjuntamente con las agencias federales para crear una excepción para ellos, pues estas revisiones pueden redundar en demoras en los vuelos. En la actualidad se están usando unos 300 escáneres en 60 aeropuertos estadounidenses y se planea aumentar esa cifra.