El ataque con misiles balísticos de este domingo 13 de abril por fuerzas rusas contra la ciudad nororiental de Sumy, en Ucrania, provocó ola de condenas internacionales. Esto sucedió tras la muerte de al menos 32 personas y 84 heridos, entre ellos 10 menores de edad, según las autoridades ucranianas.
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El enviado especial de EE.UU. para Ucrania, teniente general retirado Keith Kellogg, calificó el ataque como una agresión contra la población civil que “cruza cualquier línea de decencia”. En un mensaje publicado en la red social X, Kellogg afirmó: “Como exlíder militar, entiendo el concepto de objetivos militares, y esto está mal. Hay decenas de civiles muertos y heridos”. Kellogg ejerció como asesor de seguridad nacional en funciones durante el primer mandato del expresidente Donald Trump.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, exigió una respuesta internacional contundente tras el ataque y sostuvo que “sin presión sobre Rusia, la paz es imposible”. “Debemos tratar a Rusia como se merece un terrorista”, afirmó.
Reino Unido rechaza el ataque ruso contra Ucrania
Desde Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer, expresó su rechazo al ataque y trasladó su solidaridad a las víctimas. “Estoy horrorizado por los horribles ataques de Rusia contra civiles en Sumy y mis condolencias van a las víctimas y sus seres queridos en este trágico momento”. Esto escribió en su cuenta oficial. Starmer añadió que el presidente ruso, Vladímir Putin, debe aceptar “un alto el fuego total, inmediato y sin condiciones, como lo ha hecho Ucrania”.
OTAN: ‘Nuestros pensamientos están con el pueblo ucraniano’
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) lamentó el bombardeo ocurrido en el centro de Sumy. Esto coincide con la celebración del Domingo de Ramos, jornada en la que numerosos ciudadanos ucranianos acuden a la iglesia. “Escenas horribles del centro de Sumy, donde los misiles balísticos rusos mataron a decenas de personas e hirieron gravemente a muchos más civiles. Nuestros pensamientos están con el pueblo ucraniano en este día sagrado para muchos”. Esto declaró una portavoz de la organización.
Macrón denunció el ataque a Ucrania como una muestra de desprecio
En Francia, el presidente Emmanuel Macron denunció el ataque como una muestra de “desprecio a las vidas humanas, al derecho internacional y a las ofertas diplomáticas del presidente Trump”. Macron subrayó que se necesitan “medidas fuertes para imponer un alto el fuego a Rusia” y reiteró que la guerra “solo Rusia la quiso y solo Rusia elige proseguirla”. El mandatario francés reafirmó el compromiso de su país para lograr el cese de hostilidades.
Ataque contra Ucrania se da tras espaldarazo económico
El bombardeo se produjo dos días después de que unos 50 países aliados de Ucrania, reunidos en la sede de la OTAN en Bruselas, se comprometieran a destinar 21.000 millones de euros en asistencia militar a Kiev. La reunión, correspondiente a la vigésimo séptima edición del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, estuvo presidida por los ministros de Defensa de Reino Unido, John Healey, y de Alemania, Boris Pistorius, con participación del ministro ucraniano Rustem Umiérov y del secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, por videoconferencia.
Esfuerzos diplomáticos no avanzarán tras ataque a Ucrania
El ataque también coincide con los esfuerzos diplomáticos de Washington para promover un alto el fuego y con la víspera de una nueva reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, en Luxemburgo, donde se abordará la entrega de dos millones de proyectiles de artillería a Ucrania durante 2025.
Hace un mes, Kiev aceptó un alto el fuego total de 30 días, pero Moscú rechazó esta iniciativa y, hasta ahora, solo accedió a treguas limitadas en el ámbito energético y marítimo. Pero no se cumplen, según fuentes ucranianas.
Las conversaciones entre Rusia y EE.UU. sobre la reactivación de sus relaciones avanzan de manera positiva, aunque el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que no deben esperarse resultados inmediatos, después de que un ataque de sus tropas mató a más de 20 personas y dejó decenas de heridos en la ciudad ucraniana de Sumy.