Las nieves en las cumbres montañosas de Colombia retroceden cada año de 3 a 5 metros y los frentes glaciales de 20 a 25 metros, como consecuencia del cambio climático. Además del perjuicio por el aumento de fenómenos extremos y el alza potencial del nivel del mar.
Entre las evidencias de cambio climático que afectan hoy a Colombia, Patricia Cuervo, funcionaria del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, responsable del seguimiento al tema, informó sobre el retroceso de los hielos.
También se verificó un aumento de fenómenos extremos como los atmosféricos El Niño y La Niña, aunque -advierte Cuervo- todavía los científicos internacionales estudian hasta qué punto estos responden al cambio climático a escala global.De acuerdo con proyecciones oficiales, dijo Cuervo, en los próximos años el nivel del mar en Colombia puede subir entre 2,2 y 3,5 centímetros al año, lo que pone en primera línea de daños posibles a las costas sobre el mar Caribe y el océano Pacífico.
Las temperaturas generales también podrían aumentar hasta 2 grados en los próximos 40 ó 50 años y las lluvias tenderían a fluctuaciones bruscas, con entre 10 y 30% de cambio, dependiendo de las regiones. Una de las evidencias de este fenómeno es lo ocurrido en varias regiones de Colombia estas semanas.
Ricardo Lozano, director del Instituto, consideró que “la prioridad de Colombia no es la reducción de emisión, sino la adaptación y prevención” y destacó que en el Plan de Desarrollo presentado por el nuevo gobierno nacional de Juan Manuel Santos hay un capítulo dedicado exclusivamente al tema.
Cuervo opina que una de las experiencias más positivas para mostrar se desarrolla en el Macizo Colombiano, donde nacen las vertientes de los ríos Cauca y Magdalena.
Allí se consiguieron, de la mano de cinco cabildos (autoridades) indígenas, planes de manejo de agua, seguridad alimentaria y gestión del riesgo, lo que pudiera anticipar estrategias de alcance nacional para mitigar el cambio climático.
Como productor de 0,37% de las emisiones mundiales de gases causantes del efecto invernadero, Colombia concentró esfuerzos en mitigar los impactos del cambio climático mundial y en convertirse en solución al problema mediante la puesta en marcha de programas como la captura de carbono.
Según la Segunda Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, el país espera “generar alrededor de 2 millones de toneladas en certificados de reducción de emisiones, valoradas con un potencial mercado de carbono en 8 millones de dólares.
“Esas iniciativas -según explicó Susana Vélez, de la Fundación Natura- tienen relación con la reforestación y los sistemas de transporte masivo como el de Bogotá, gestión de basureros públicos, generación de energías industriales más limpias, entre las principales iniciativas.
Para Vélez, el país “está a la cabeza de formulación de proyectos” de este tipo en América Latina, pues “ha habido voluntad política”, comenzando por la Constitución (de 1991 y que contempla al menos 60 menciones a temas ambientales) .
En el papel, según Vélez, la legislación ambiental colombiana es “bastante estricta” y “se cumple en buena medida”, lo que se evidencia con la disminución del comercio ilegal de maderas, la protección de las cuentas de los ríos y la reconversión a tecnologías más limpias, entre otros ejemplos.