La dramática historia con final feliz de Vanesa Mamani, de tan solo tres años, opacó todas las repercusiones del superclásico entre River Plate y Boca Juniors.
Luego de siete horas pudo ser rescatada de un pozo de 25 metros de profundidad, en el que había caído cerca de su casa, una zona de quintas en la localidad de Florencio Varela (provincia de Buenos Aires).
Fueron horas de tensión cuando el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Florencio Varela recibió una llamada: una niña había caído en un pozo. “Nosotros justo estábamos por salir a un curso de oftalmología, cuando nos llamaron. Y tuvimos que armar todo el operativo”, cuenta a este Diario Carlos Carrizo, voluntario que controló toda la logística.
La preocupación avanzaba según las horas. Ya era de noche y la niña solo vestía una camiseta y un short. Hacía 18°C, pero a 25 metros había cuatro grados menos. Temían que por el llanto y el cansancio se durmiera y no pudiera colaborar con el rescate. Su madre, Claudia, de origen boliviano, al pie de la boca del pozo de riego la llamaba constantemente. “Me decía que quería ir a la cama”, decía tímidamente ante las cámaras, cuando concluyó el rescate, a las 23:57 de ayer.
Hubo tres planes para sacar a Vanesa, quien era monitoreada a través de una fibra óptica. Se aplicó el plan A: unieron tubos plásticos con una tela y colocaron en el extremo un arnés. Los gritos de “tirá, pará, tirá”, de parte de los rescatistas terminaron triunfalmente cuando la niña salió, abrazó a su madre y la llevaron al hospital en donde se la evaluó. Su salud está bien.