El tsunami generado en Indonesia por un terremoto de 7,7 grados Richter dejaba hasta ayer 313 muertos, mientras 400 personas permanecían desaparecidas.La información fue difundida por los socorristas en Sumatra, según un reporte de la cadena BBC.El papa Benedicto XVI, al término de la audiencia general en la Plaza San Pedro, dijo: “A los familiares de las víctimas expreso la más viva condolencia por la pérdida de sus seres queridos y a toda la población indonesia aseguro mi cercanía y mi plegaria”.El Pontífice pidió a la comunidad internacional “aportar la ayuda necesaria para aliviar las penas de cuantos sufren por estas devastaciones”. También se refirió a las personas afectadas por inundaciones en Benin. El doble desastre impulsó a varios países a ofrecer ayudas, sobre todo a EE.UU., cuyo presidente se declaró además “profundamente entristecido” por la situación.En tanto, el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, regresará antes de lo previsto al país, desde Hanoi, adonde llegó ayer para participar de la reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).Hoy llegará a la zona, donde deberá explicar el fracaso del sistema de relevamiento de tsunamis, instalado tras el devastador maremoto de diciembre del 2004.El tsunami sacudió la costa meridional de Sumatra, en Indonesia, y se produjo la erupción del volcán Merapi, en Java.Centenares de casas resultaron destruidas en el archipiélago de las Mentawai, mientras una colada de lava y cenizas devastó aldeas como Kinahredjo y Umbulharjo, en las laderas del volcán, cuya actividad aún preocupa.Con la llegada de los socorristas, especialmente en las zonas más aisladas destruidas por el maremoto, se teme que la cantidad de víctimas pueda aumentar.La ola golpeó duramente a la isla de Pagai Sur, la más cercana al epicentro del sismo.Las primeras filmaciones de la zona muestran escenas de desolación: pocos árboles permanecen en pie en aldeas de pescadores, que tienen una economía de subsistencia. Los sin techo se cuentan también por miles.Protección Civil indonesia envió cuatro embarcaciones con medicinas y alimentos, además de 16 toneladas de tiendas, para coordinar las operaciones.No menos dramática es la situación a 1 200 km hacia el este: la erupción del Merapi, que causó 31 muertos y 14 heridos, se detuvo recién anteanoche y el estado de alarma que llevó a evacuar a 44 000 personas sigue alto.Las cenizas cubrieron la ciudad y una nueva nube blanca envuelve el cráter sin molestar a la circulación aérea. “Por ahora no hay señales de una erupción inminente, pero no sé si se trata solo de una pausa temporaria”, declaró el vulcanólogo Pak Surono.