Las imágenes se viralizaron por redes sociales en Rusia y la zona fronteriza con Ucrania. Un hombre yace en el piso, gritanto. Se observa que su pierna está cortada de la rodilla para abajo.
Varios canales de televisión estatales rusos se hicieron eco del video y aseguraron que el hombre perdió su pierna después de un ataque ucraniano, días antes de que estallara la invasión rusa a Ucrania. Este y otros registros se utilizaron para justificar la intervención militar.
Montajes para justificar la invasión
El pasado 23 de febrero, Bellingcat -una organización periodística dedicada a la investigación de fuentes abiertas- publicó una investigación sobre los mencionados videos. Mediante análisis visual, Bellingcat identificó una prótesis en la pierna del hombre que aparece en el video viral. Es decir, su pierna estaba amputada desde antes.
Además de este, Bellingcat destapó otros videos fraudulentos que se viralizaron y, además, fueron recogidos por la prensa estatal rusa.
“El verdadero desafío cuando se trata de la desinformación rusa, al menos lo que hemos visto ahora sobre la invasión de Ucrania, es el volumen, la gran cantidad de eventos con los que están inundando las redes sociales”, asegura Giancarlo Fiorella, criminólogo e investigador de Bellingcat a CBS.
Una estrategia de la era de la Unión Soviética
La guerra de Rusia en Ucrania no se limita al campo de batalla. Es también una guerra por controlar la narrativa en torno al conflicto. Pero el uso de desinformación por parte de Moscú no es algo nuevo. Es una estrategia que se remonta a la época de la Unión Soviética.
Por aquellos años, las agencias de inteligencia soviéticas (entre ellas la KGB) utilizaban una serie de técnicas que bautizaron ‘Medidas Activas‘. Esto, con el fin de cambiar la percepción de la realidad del público.
En un documental del New York Times, exagentes de la KGB hablaron sobre un detallado manual que debían seguir los miembros de la inteligencia soviética para llevar a cabo este tipo de operaciones.
Hoy por hoy, la escala de este tipo de operaciones se vuelve mucho más masiva, ante la llegada de Internet a la vida cotidiana de las personas. En el siglo XX, la desinformación podía tardarse años en recorrer el mundo. Hoy en día solo hacen falta unas horas para que la información falsa se esparza como pólvora.
Consejos para no caer en la desinformación
Evitar ser caja de resonancia para la desinformación a veces puede resultar un trabajo más complicado de lo que parece. Por eso es importante que siga los siguientes parámetros para informarse por redes sociales:
- Evite compartir información si no tiene clara la fuente de la misma.
- Preste atención a si la información que recibió podría estar manipulada, ser de otra fecha o de otra locación geográfica.
- Infórmese a través de iniciativas periodísticas independientes de fact-checking.
- Fíjese en quién está compartiendo el contenido: ¿La cuenta parece una cuenta fantasma? ¿Es una página donde abunda el contenido polarizante?
Ahora bien, que algo circule en redes sociales no quiere decir que sea falso. Y es usual que los gobiernos pongan como excusa a la desinformación para desligarse de cualquier evidencia visual que circula a través de las redes sociales.
Es importante saber que, así como Bellingcat, existen decenas de organizaciones y cientos de personas que se dedican a la verificación de material audiovisual que confirma violaciones a los derechos humanos. EL COMERCIO hizo una lista en Twitter de cuentas de periodistas en terreno en Ucrania, así como personas y colectivos que se dedican profesionalmente a la verificación de este tipo de eventos.
El periodista de la BBC Daniele Palumbo hizo también una lista en la cual recopila a más de 300 investigadores de fuentes abiertas que se encuentran tuiteando sobre el conflicto.