Horas previas a la celebración del Día del Trabajo, el realismo cruel de las estadísticas oficiales pinchó el globo del optimismo económico que construye desde hace meses el gobierno del presidente español Mariano Rajoy.
Durante los tres primeros meses de 2014 un total de 184 600 personas perdieron el empleo en España, la tasa de desocupación volvió a subir hasta el 25,93% y el número de trabajadores activos en el país se sitúa en la cifra más baja desde el 2002 (16,9 millones).
La difusión de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año causó sorpresa y desazón entre los analistas económicos, y despertó una ola de críticas de gremialistas y dirigentes opositores, que rechazan la tesis gubernamental de que la recuperación económica avanza sin freno después de 6 años de una recesión histórica.
La EPA revela que en el primer trimestre del año subieron en 53 100 los hogares con todos sus miembros desempleados y que la desocupación juvenil vuelve a crecer, del 54,88 al 55,48%. En total, los residentes en España que buscan trabajo y no lo encuentran son 5 933 300, muy cerca del récord de seis millones registrado hace un año. Muchos españoles y extranjeros dejaron de buscar trabajo o emigraron.
Analistas de BBVA Research calificaron de “jarro de agua fría” el “decepcionante” comportamiento del mercado laboral, más allá de que se esperaba cierto empeoramiento por cuestiones estacionales.
Al presentar las cifras, el Gobierno intentó aferrarse a números positivos, como el hecho de que la destrucción de empleo entre el cuarto trimestre del año pasado y el primero de este fue la más baja desde el 2005 en ese mismo período. “Se mantienen las tendencias en la moderación de la caída de la ocupación y esperamos terminar el año con cifras positivas de creación de empleo”, dijo el secretario de Economía, Fernando Jiménez Latorre.
Desde que empezó el año, el Presidente centra su discurso político en destacar las señales de reactivación económica y en la promesa de que este año empezará el repunte en el empleo, el gran drama económico que dejó la crisis.
El lunes, el ministro de Economía, Luis de Guindos, había dado rienda suelta al optimismo en un encuentro con periodistas. “En un contexto difícil, España empieza a salir de la crisis. Los próximos dos años serán muy distintos en cuanto a crecimiento y creación de empleo”, señaló.
El discurso de la “luz al final del túnel” es el eje central de la campaña del Partido Popular (PP) para las elecciones europeas del próximo 25 de mayo.
Por eso el martes desde las fuerzas opositoras marcaron la contradicción entre el mensaje oficialista y las estadísticas procesadas por la propia administración.
“Al lado de tanta propaganda y trompetería inútil es visible un nivel de insuficiencia de las políticas de recorte y flexibilidad laboral de este Gobierno. Pedimos prudencia, porque los datos no avalan ese discurso torpe y engañoso de que en España se está creando empleo”, denunció Valeriano Gómez, referente económico del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el Congreso.
La burbuja inmobiliaria fue la ola sobre la que la economía española cabalgó durante una década y su estallido en el 2008, unido al inicio de la crisis financiera internacional, sumió al país en una grave crisis y dos recesiones en cinco años.
Jóvenes, sin oportunidades
Uno de los datos más alarmantes que incluye la EPA es la notable reducción de la población activa, señal de que muchos españoles dejaron de buscar trabajo o emigraron. Y también del permanente éxodo de inmigrantes ante la falta de oportunidades: en el 2013 abandonaron el país 545 980 extranjeros residentes.
Ninguna de las 17 regiones españolas registra un desempleo inferior al 17%. Las que más sufren son Andalucía, con un 34,94% de desempleo, las islas Canarias con un 32,55%, y Extremadura con un 32,14%.
El empresariado también moderó el mensaje de triunfalismo que -en sintonía con la Moncloa- deja correr desde hace meses. “La creación de empleo va a ser lenta, larga y vamos a tener que esperar bastantes años para recuperar unos índices de paro aceptables”, dijo. Y admitió: “No está todo arreglado; queda mucho por recorrer”.
Después de seis años de feroz crisis económica, España calcula que este año terminará con crecimiento de la actividad y algún repunte del empleo, que debería situarse por debajo del 20% de aquí al 2017.
Los mercados parecieron alentar el fervor, al comprar deuda pública a tasas inusualmente bajas. Pero la crisis sigue ahí. Rajoy encara el último tramo de su actual mandato (que vence en el 2015) con una deuda pública creciente que se acerca al 100% del PIB y el desafío de cumplir con una fuerte reducción del déficit pactada con Bruselas.
En tres países
La celebración del 1 de Mayo en Turquía amenaza con derivar en choques violentos debido a la prohibición del Gobierno de una manifestación en Estambul.
En Paraguay una manifestación denunciará el incumplimiento de las leyes laborales, la alta tasa de desempleo, la inflación y para pedir la derogación de la ley que permite las Alianzas Público Privadas.
Los trabajadores iraníes no podrán salir a manifestarse por prohibición de las autoridades, informó la prensa.