Debilidad e incapacidad acabaron con el TLC

La marcha desde Pastaza.   Indígenas caminaron desde el Puyo. El cable de la Embajada menciona la participación de tres activistas vascos. Archivo EL COMERCIO

La marcha desde Pastaza. Indígenas caminaron desde el Puyo. El cable de la Embajada menciona la participación de tres activistas vascos. Archivo EL COMERCIO

En el 2006 se rompieron las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Ecuador y Estados Unidos. El Departamento de Estado interpretó el rompimiento como una demostración de debilidad del Gobierno del entonces presidente, Alfredo Palacio.

Según el cable 74262 del Departamento de Estado y filtrado por la organización Wikileaks, Palacio era políticamente inepto y fue incapaz de manejar su propio gobierno, caracterizado por la inestabilidad y los intentos quijotescos de reforma política.

El documento forma parte del grupo de cables que la organización Wikileaks entregó a diario EL COMERCIO.

En el cable del 9 de agosto del 2006 “el izquierdista” Palacio cedió a las presiones populistas para torpedear las negociaciones del TLC con EE.UU y ordenó que los activos del inversionista número uno del Ecuador, la Occidental Petroleum (Oxy), se incautaran sin compensación alguna.

Todo parecía estar listo para la firma de un acuerdo comercial, pero la resistencia indígena y la decisión del Ecuador de rescindir el contrato con la petrolera paralizaron la negociación, según la interpretación de la Embajada.

En el Ecuador, las posiciones a favor del TLC nunca alcanzaron un consenso social o una opinión pública favorable. Siempre hubo, dice el funcionario, un sector crítico al proceso que se fue consolidando cada vez más, sobre todo cuando las organizaciones campesinas fueron afirmando una línea de resistencia contra el TLC.

El objetivo principal de los grupos indígenas, dice el cable 57897, con fecha 23 de marzo del 2006, escrito por Jefferson Brown, jefe adjunto de Misión, era el de intimidar al ya débil gobierno de Palacio de llegar a un acuerdo de libre comercio. Además de la suspensión de las negociaciones, cuya ronda final estaba prevista para el 23 de marzo en Washington, el movimiento indígena demandaba la convocatoria a una Asamblea Constituyente y que el Estado ecuatoriano ponga fin al contrato con Oxy.

En sus protestas los manifestantes coreaban “TLC firmado, Palacio derrocado”. Insistieron en que el público debería, en última instancia, decidir el TLC por referendo, sostiene el cable.

El Gobierno de Ecuador, sostiene Brown en el cable 59662 del 6 de abril del 2006, ha alegado públicamente que los manifestantes están recibiendo apoyo externo. En privado, en cambio, “nos dijo que no tienen evidencia contundente de esto”.

El Gobierno ecuatoriano no tiene la evidencia de que los líderes indígenas protestantes han viajado repetidamente a Venezuela aunque alegan que hubo participación del Gobierno de Venezuela fomentando las protestas. Públicamente, el Gobierno de Ecuador ha resaltado la participación de tres vascos, quienes se unieron a una marcha indígena desde Pastaza hasta Quito.

La Embajadora habló con Palacio en la tarde del 16 de marzo, alabando sus principios y su posición pública al rechazar las tácticas y demandas de las protestas. Palacio estaba optimista en cuanto al curso de las protestas y prospectos para un acuerdo del TLC en Washington. El Gobierno no pudo convencer a una parte de los manifestantes anti TLC de las provincias, dijo Palacio, pero está dispuesto a participar de diálogo democrático sobre el tema.

Según el cable, Palacio se mostró sorprendido de los exagerados reportes de la prensa que cuestionaban la estabilidad de su Gobierno debido a las protestas, diciendo que la prensa debería ser más responsable y la comunidad internacional necesita entender que la situación que no es tan grave como se la ha retratado.

El cable, 57123 escrito por Jewell el 17 de marzo del 2006, concluye diciendo que algunas demandas de la provincia están claramente fuera de lugar. Por ejemplo, en la provincia de Pastaza demandan un incremento de USD 0,10 a USD 10 en las tarifas provinciales sobre el petróleo extraído en el lugar.

El rompimiento de las negociaciones, además, causó que los funcionarios de EE.UU. estuviesen decepcionados con el Ecuador. En el cable 65327, con fecha mayo 24 del 2006, se dice que Charles Shapiro, subsecretario adjunto de EE.UU. para asuntos hemisféricos, le dijo el 16 de ese mes, a Francisco Carrión, Ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador, que el Gobierno de Estados Unidos estaba decepcionado por la decisión del Gobierno de Ecuador por la cancelación del contrato de Oxy.

Según Shapiro, lo que hizo el Ecuador era una violación a la inversión bilateral, lo que tendría un efecto negativo sobre las negociaciones del TLC. Esta decisión fue ampliamente interpretada como una señal del final de las negociaciones del TLC. Carrión defendió la decisión de la aplicación de la soberanía y la ley.

El cable 77739, del 8 de septiembre del 2006, dice además, que Carrión subrayó la importancia de retomar las mesas de negociaciones en la administración de Palacio, aunque solo sea para forzar al siguiente Gobierno a tomar el tema apenas asuma el cargo. El Embajador preguntó si es que Palacio estaba verdaderamente comprometido a terminar las negociaciones. Carrión dijo que sí.

Demanda de la Oxy

Manuel Chiriboga  fue el jefe de la delegación ecuatoriana que negociaba la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) . Luego de que Ecuador  rompió el contrato con la Oxy previó que la negociación con el TLC  estaba en serio peligro.

“Es un momento  crítico e importante en la negociación con Estados Unidos, en el que todo parece indicar que la negociación queda suspendida”, afirmó Chiriboga en ese entonces. 

La Oxy pretende  que el Estado ecuatoriano le compense por USD 3 000 millones de dólares. El caso está en los tribunales internacionales y se espera que se resuelva en agosto de este año.

Suplementos digitales