El presidente de Nicaragua y candidato a la reelección, Daniel Ortega, dijo este 7 de noviembre del 2021 que la ciudadanía está eligiendo entre la paz y el terrorismo, esto último, según él, promovido por la oposición excluida de las elecciones generales, entre ellos los siete aspirantes presidenciales que se perfilaban como sus principales rivales.
Tras depositar el voto junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, que también aspira a reelegirse, Ortega ofreció un mensaje en una cadena televisiva y radial en el que atacó a los opositores encarcelados y en el exilio, así como a las protestas que estallaron contra su Gobierno en abril de 2018.
“Estamos realizando estas elecciones, y seguros de que en esta batalla, que es una batalla histórica, donde hay que decidirse por el terrorismo, la confrontación, la guerra o la paz”, dijo Ortega desde la Casa de los Pueblos.
En una práctica inusual, el mandatario hizo su llamado a mitad de la jornada electoral, que en sus primeras siete horas ha transcurrido en calma y con baja afluencia de votantes, en contraste con los pronósticos del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que predijo una votación masiva.
Votar o no votar
La oposición excluida de participar en las elecciones, los nicaragüenses en el exilio y la Asociación Madres de Abril, que aglutina a familiares de las víctimas del estallido social de 2018, lanzaron campañas desaconsejando votar bajo el argumento de que hacerlo sería legitimar a la “dictadura Ortega Murillo”.
Los opositores están utilizando las etiquetas #YoNoBotoMiVoto, #YoNoVoto o #NicaraguaNoVota, entre otros, con las que instan a los nicaragüenses a no salir de sus casas, mantener las puertas cerradas y las calles vacías, porque consideran que “no hay por quién votar” y que el proceso es una “farsa”.
“Ahí está el voto, el voto no mata a nadie, el voto no causa herida alguna en ninguna persona, el voto no llama al terrorismo, a la guerra, jamás, el voto no llama a hacer tranques en la patria y que se paralice la economía, y que se destruyan las familias, el voto no llama a torturar públicamente”, criticó Ortega.
En su mensaje, el presidente recordó las escenas violentas de las manifestaciones antigubernamentales de 2018 e insistió en culpar a Estados Unidos, país al que agradeció minutos después por donar vacunas contra la covid-19.
Defiende elecciones
Ortega recurrió a la toma del Capitolio de Estados Unidos en enero pasado para defender el proceso electoral de Nicaragua, criticado por el encarcelamiento de siete aspirantes a la Presidencia por la oposición, la anulación de tres partidos opositores, y la derogación de la observación electoral.
“Allá en Estados Unidos está abierto ese proceso, y tanto derecho tienen ellos para abrir procesos contra terroristas, como derecho tenemos los nicaragüenses a abrir procesos contra los terroristas, porque estaban conspirando, porque no querían que se realizaran estas elecciones que se han realizado el día de hoy”, insistió.
El mandatario afirmó que Nicaragua está comprometida con las votaciones desde 1984, ya que desde entonces el país ha celebrado 49 procesos electorales, incluyendo presidenciales, municipales y regionales, en los que se eligen presidente, vicepresidente, diputados departamentales y nacionales, así como para el Parlamento Centroamericano (Parlacen), alcaldes, vicealcaldes y concejales, además de autoridades autónomas del Caribe.
La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco acusó a Ortega de violar la Ley Electoral al intentar influir en la decisión de los votantes en el día de los comicios, lo que se conoce como “silencio electoral”.
“El dictador Daniel Ortega, una vez más, viola la Ley Electoral, haciendo proselitismo político en silencio electoral”, señaló la Unidad Nacional en sus redes sociales.
Más de 4,4 millones de nicaragüenses están llamados a las urnas en Nicaragua para elegir a su presidente y vicepresidente, 90 diputados ante la Asamblea Nacional, y 20 ante el Parlacen.
Al igual que la oposición local, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea han expresado sus dudas sobre la legitimidad de las elecciones en Nicaragua, debido a que no encontraron garantías de transparencia.