La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que azotó Valencia el martes 29 de octubre de 2024, dejó a la ciudad sumida en el lodo, con cientos de muertos y miles de desaparecidos.
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En medio de esta tragedia, la comunidad salió a las calles para limpiar inmuebles y calzadas, movilizándose para devolverle a Valencia algo de la normalidad perdida.
El relato de un ecuatoriano en Valencia sobre la DANA
Daniel Escaleras, un ecuatoriano residente en España, compartió con EL COMERCIO la realidad de Valencia una semana después del desastre.
Desde Aldaya, una localidad valenciana, Daniel muestra las calles mientras se desarrollaba la entrevista virtual.
“La comunidad misma fue la que empezó a limpiar desde las primeras horas de la emergencia; los militares apenas llegaron hace dos días”, explica mientras muestra cómo muebles, vehículos y escombros cubren las veredas mientras la gente, sin descanso, utiliza escobas y palas para remover los restos de lodo.
Entre los voluntarios está Antonio Valle, un español que tiene un bar restaurante. Al recordar los eventos, comenta que, cuando las lluvias comenzaron a intensificarse, decidió cerrar temprano.
Al llegar a casa, el agua empezó a inundar el edificio rápidamente, lo que lo llevó a ayudar a una vecina mayor a ponerse a salvo.
“Al día siguiente, salí y vi todo destruido: perdí mi carro, muebles, comida y varias cosas de mi negocio”, confiesa.
Pese a las pérdidas, Antonio se sumó a la limpieza comunitaria, apoyado por Daniel, quien, aunque no sufrió daños materiales por vivir en una zona más alejada, se dedicó a ayudar a su amigo.
Falsas noticias y especulación en medio de la tragedia
Entre las labores de limpieza, Daniel y Antonio comentan la creciente ola de información falsa que circula sobre las cifras de afectados.
“Las cifras oficiales hablan de más de 200 fallecidos y aún hay miles de desaparecidos”, comenta Antonio, mientras menciona el caso de un estacionamiento de un centro comercial que sigue inundado. “¿Cuántas personas habrán quedado atrapadas ahí?”, se pregunta.
En un clima de incertidumbre, tanto él como Daniel coinciden en que las noticias falsas y la especulación solo aumentan la angustia en la ciudad.
Solidaridad y esfuerzo comunitario en medio del lodo
Ante la magnitud de la tragedia, la comunidad organizó puntos de acopio para la distribución de alimentos, ropa y herramientas.
Profesionales de diversas áreas, como carpintería, cerrajería y plomería, ofrecieron sus servicios de forma gratuita para ayudar a quienes lo necesitan.
Antonio destaca el papel de la comunidad latina en esta reconstrucción. “Los latinos fueron los primeros en salir a las calles a ayudar; o esa fue mi percepción”, comenta, mientras recuerda una ocasión en que, mientras limpiaba una casa, aparecieron 10 personas más para colaborar.
“Terminaron ahí y se fueron a otro lado a seguir ayudando”, relata, visiblemente emocionado por el apoyo recibido en estos difíciles momentos.
Valencia enfrenta una ardua tarea de recuperación, pero la fortaleza y solidaridad de su gente, y de quienes la llaman hogar, no cesa.
La comunidad sigue en pie y ayuda a reconstruir la ciudad y a ofrecer una mano a quienes más lo necesitan.