El plan del presidente Raúl Castro, de eliminar medio millón de empleos estatales en los próximos seis meses, generó incertidumbre entre algunos cubanos. Sin embargo, muchos ven la oportunidad de montar su pequeño negocio con la decisión del Gobierno de ampliar la exigua iniciativa privada.
“Todavía no sabemos a qué nos vamos a enfrentar. No está fácil la cosa, muchos trabajadores quedarán cesantes”, contó Lázara Martínez, de 45 años. Ella es recepcionista de una de las empresas administradas por la Oficina del Historiador de La Habana.La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) precisó el lunes el recorte, en los próximos seis meses, de 500 000 empleos estatales, de los más de un millón (20% de la fuerza laboral) que el gobierno de Raúl Castro prevé eliminar. El objetivo es aumentar la productividad del trabajo, un talón de Aquiles de la economía cubana.
Imagínate, son 500 000 personas y la suerte es loca y a cualquiera le toca, dijo Ricardo Aldana, carpintero de 46 años, al que se le “erizan los pelos solo de pensar” que podría perder su empleo en una brigada de mantenimiento de guarderías infantiles.
Otro caso es el de Elena. Ella se debate frente a una disyuntiva desde que el Estado eliminó su puesto en un hospital: aceptar una alternativa que no le interesa o irse a su casa. “Dime tú, qué hago ahora si me reubicaron en un asilo de ancianos que queda lejísimos. Lo que me están ofreciendo no me conviene”, dijo Elena.
El Gobierno asegura que nadie quedará desamparado y ofrece reubicar a los trabajadores excedentes en áreas con déficit de mano de obra como la educación, agricultura o la construcción.
Para absorber a una parte de los futuros desempleados, el presidente Raúl Castro dijo que permitiría que los cubanos monten pequeños negocios privados e incluso contraten mano de obra. “Voy a esperar un poco a ver qué invento, si abren las licencias (para trabajadores por cuenta propia) voy a tratar de ir adelante con una cafetería”, dijo Elena.
Según documentos que circulan en centros de trabajo, a estudio en el Partido Comunista y la Central de Trabajadores, 124 actividades se pueden ejercer “por cuenta propia” individualmente o en cooperativas.
Aguadores, carretoneros, reparadores de paraguas, profesores de baile, vendedores de escoba, organizadores de bodas, cocheros, restaurador de muñecos, trasquiladores, pulidor de metales y teñidor de textiles, están entre las actividades que el Gobierno permitirá ejercer por cuenta propia.
Actualmente, las cooperativas solo existen en el sector agropecuario, pero se planea autorizarlas en una serie de servicios y producción de bienes: cafeterías, hostales, bares, servicio de comida a domicilio, alquiler de locales para fiestas y limpieza. También gimnasio, servicios de belleza, cría de cerdos y chivos, cuidadores de animales, construcción.
Con 11,2 millones de habitantes, Cuba tiene una fuerza laboral que llega a 4,9 millones. De ellos, 4,1 millones están en el Estado, que controla el 95% de la economía.
El pequeño negocio privado fue abolido en 1968 en Cuba en la llamada “ofensiva revolucionaria”. Con ello se hizo de todos los cubanos empleados estatales, hasta 1993, cuando Fidel Castro, en plena crisis económica por la caída del bloque soviético, permitió el trabajo privado en varios oficios, con pago de impuestos y sin contratar asalariados.
Los trabajadores privados llegaron a 210 000 en 1995. En 1996 se aprobaron los negocios familiares, abrieron los pequeños restaurantes (‘paladares’) y se permitió el alquiler de habitaciones.
Ante el anuncio de eliminar medio millón de empleos públicos, en los próximos seis meses, economistas y analistas dieron sus opiniones sobre esta decisión.
“Es muy fuerte, porque están poniendo cifra y fecha a los cambios. Antes, había siempre la sensación de que las cosas eran reversibles. Ahora pasaron el punto de no retorno”, dijo el analista Christopher Sabatini, del Council of the Americas en Washington.
Arturo López-Levy, un analista político de la University of Denver, aseguró que Raúl Castro inició esta semana el tránsito de un socialismo de Estado a uno de mercado. Cuba ha dado un paso significativo y trascendental en el camino de la reforma, pero es solo el comienzo, dijo.
“No tienen la liquidez para mantener a toda esta gente”, dijo Jaime Suchlicki, del Instituto de Estudios Cubanos en Florida.