Cuba privatiza sus servicios estatales de taxi

Transeúntes y autos en una de las calles de La Habana, el 17 de diciembre de 2013. Foto: AFP

El gobierno cubano convertirá este año a los conductores de sus agencias de taxi estatales en trabajadores autónomos, según se desprende de un anuncio publicado hoy en el diario oficial Granma.
La reforma prevé que las agencias estatales arrienden en toda la isla sus vehículos a los conductores, que dejarán de ser parte de las plantillas y pasarán a operar como "cuentapropistas".
La medida se implementará de forma "paulatina" a lo largo de 2014, apuntó Granma. Con ello, las autoridades aspiran a superar los déficits del servicio estatal, entre ellos problemas de corrupción y de excesos de personal, según la información.
En principio, la medida implica la privatización de los servicios que se prestan en pesos convertibles (CUC), la moneda fuerte de la isla, muy usada en el sector turismo. Los conductores alquilarán los vehículos al Estado y pagarán impuestos.
"Téngase en cuenta que bajo esta modalidad, los taxistas asumen, con sus ingresos, los gastos de mantenimiento, el pago del combustible y parte de la reparación del vehículo, al tiempo que pueden disponer de ellos y realizar todas las 'carreras' que estimen convenientes, pagando los impuestos en dependencia de sus ingresos", detalló Granma.
El periódico, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, no especifica en qué magnitud el Estado mantendrá un sector de taxis estatales operando de forma equivalente a como lo hacía hasta ahora.
Según Granma, en el país seguirán habiendo puntualmente servicios en pesos cubanos (CUP), por ejemplo en los hospitales. El CUP es la moneda oficial en la que se pagan los salarios estatales y las jubilaciones, y la que maneja gran parte de la población.
Además de los servicios estatales, en la isla operan muchos "cuentapropistas" dedicados al transporte público con sus autos particulares, normalmente viejos vehículos de fabricación estadounidense de los años 40 ó 50.
Los llamados "almendrones" ofrecen un servicio asequible para gran parte de la población. La reforma aspira a acabar con los reconocidos problemas en el abultado sector estatal de taxis.
"La decisión de generalizar esta forma de gestión busca (...) solucionar un conjunto de dificultades que actualmente caracteriza al grupo empresarial Cubataxi", reconoció hoy Granma. El "sistema tradicional" no ha podido resolver "irregularidades" como "la apropiación de la recaudación; plantillas sobredimensionadas con un inadecuado balance de trabajadores directos e indirectos, y un parque de vehículos envejecido", agregó.
El presidente, Raúl Castro, ha reconocido en varias ocasiones los problemas con la corrupción en la isla, muy extendida en las instituciones estatales. En virtud de la reforma, un total de 20 agencias operarán en todo el país bajo la supervisión de una nueva empresa, Taxis-Cuba.
Posteriormente, a las agencias podrán incorporarse conductores "propietarios de sus vehículos", citó Granma a Débora Canela Piña, del Ministerio de Transporte de la isla. El gobierno de Raúl Castro ya había puesto en práctica la medida de alquilar los autos estatales a sus conductores de forma "experimental" en 2010.
Hasta ahora tres agencias estatales funcionaban con el "nuevo modelo de gestión", dos de ellas en La Habana y la tercera en el balneario turístico de Varadero. Cuba lleva a cabo desde hace años un paulatino programa de reformas para "actualizar" su modelo económico con elementos de mercado.
Las medidas han abierto espacios para la iniciativa privada. Más de 440 000 personas trabajan en tanto como "cuentapropistas", según las últimas cifras oficiales. Raúl Castro anunció hace unos años que su gobierno tenía que reducir unos 500 000 empleos en el deficitario sector estatal.
A comienzos de este año, el castrismo puso en marcha una nueva reforma en el sector automotor, que permite a los cubanos comprar libremente autos nuevos por primera vez en medio siglo. Los precios desorbitados de los vehículos, con montos que superan incluso en siete u ocho veces los precios de salida de fabricantes como la francesa Peugeot, han causado sin embargo malestar entre la población.