El gran dilema que tiene Cuba es hallar respuestas para convertirse en un país menos deficitario y más competitivo, interna y externamente. Además, que las medidas que adopte sean efectivas y que no sean calificadas como “capitalistas”, ya que implicaría una afrenta a su sistema socialista.En este escenario, ayer, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) anunció la eliminación de medio millón de empleos, entre octubre de este año y marzo del 2011. El proceso abarcará a 12 ministerios y tres institutos.
Una información de BBC señala que los despidos se iniciarán el 4 de octubre e incluye a los ministerios del Azúcar, Salud Pública, Alimentación, Turismo y Agricultura. Luego estarán: Transporte, Educación, Educación Superior, Industria Básica, Construcción y Comercio Interior. El Ministerio de Cultura y los institutos de Deportes, de Cine y de Radio y Televisión serán parte de este recorte.
Los despidos comenzarán en la salud pública, un símbolo de los logros sociales del socialismo cubano en cuyas clínicas y hospitales es, sin embargo, frecuente encontrar empleados ociosos matando el tiempo en los pasillos.Entre las alternativas de empleo para los despedidos está, según el comunicado de la CTC, “el arrendamiento, el usufructo, las cooperativas y el trabajo por cuenta propia, hacia donde se moverán cientos de miles de trabajadores en los próximos años”.
Para facilitar las iniciativas y los emprendimientos privados, el Gobierno entregará 460 000 licencias para todo tipo de trabajos por cuenta propia. En estos espacios se podrá contratar personal para apoyar en el trabajo y con esto se dará paso a la formación de pequeñas empresas.
La CTCafirmó, además, que en el sector estatal solo se irán cubriendo las plazas imprescindibles, sobre todo en tareas históricamente deficitarias de mano de obra, como lo son la agricultura, la construcción, la enseñanza, la policía y la industria.
La central sindical anunció igualmente que se favorecerán los sistemas salariales de pago por resultados. Cuba atraviesa una grave situación económica como consecuencia de la crisis económica y financiera mundial, el embargo estadounidense y los destrozos causados por los huracanes del 2008, pero también la baja productividad de buena parte de sus empresas estatales.
El Gobierno de la isla está llevando a cabo un proceso de lentas reformas, aunque insiste en que no abandonará el socialismo.
La reestructuración del sector público incluye también eliminar la práctica de enviar a los desempleados a la universidad a cambio de un sueldo o recursos como la jubilación anticipada.
Para preparar el terreno, el vicepresidente José Ramón Machado lleva semanas recorriendo el país explicando la “racionalidad” de las medidas. Las reducciones llegarán también al turismo, una de las principales fuentes de ingreso de moneda dura de Cuba.
Fidel Castro dijo la semana pasada que “el sistema capitalista ya no sirve” y descartó que sea un modelo válido para Cuba, después de haber afirmado en una entrevista: “El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros”. Pero, después, dijo que lo malinterpretaron.
En su discurso en el Parlamento, en agosto pasado, el presidente Raúl Castro anunció que se concederán licencias a particulares para la apertura de pequeños negocios y se autorizará la contratación de mano de obra y comerciar determinadas producciones.
No obstante, el Gobierno cubano no precisa todavía dichos planes ni da a conocer en qué sectores se aplicarán. En la isla ya realizan, desde mayo, experimentos con nuevas formas de trabajo, como la entrega de la gestión de peluquerías pequeñas a sus empleados o el arrendamiento de taxis a los conductores. El Gobierno pretende ahora ampliar experiencias así a otros sectores.