Redacción Mundo
El engranaje de la economía socialista de Cuba ya no da más. Tras 51 años del triunfo de la llamada Revolución de los Barbudos, los líderes de la isla ven que no tienen otra alternativa que emprender reformas para sostener a una sociedad de 11,2 millones de personas.El Estado ya no puede financiar a un aparato burocrático que representa casi el 90% de la población económicamente activa. Aquella mirada romántica y paradisiaca con la que muchos extranjeros ven a la isla, por el proceso guerrillero de 1959 o por las hermosas playas con infraestructura turística de Primer Mundo, no es suficiente para solucionar los problemas.
El primero es el económico. Esta semana se anunció que hasta el primer trimestre del 2011, medio millón de empleados estatales será despedido. La meta es un millón en cinco años.
A la par, se habilitarán 460 000 licencias para emprendimientos propios, que tengan la capacidad de emplear gente. Inicialmente se habla de 124 actividades económicas.
Según una información de AFP, aguadores, carretoneros, reparadores de paraguas, profesores de baile, vendedores de escoba, organizadores de bodas, cocheros, restaurador de muñecos, trasquiladores, pulidor de metales, teñidor de textiles, están entre las opciones que el gobierno permitirá ejercer por cuenta propia.
En el caso de las cooperativas, las alternativas serían: cafeterías, hostales, bares, servicio de comida a domicilio, alquiler de locales para fiestas, limpieza, gimnasio, servicios de belleza, cría de cerdos y chivos, cuidadores de animales, construcción.
En 1968, el pequeño negocio privado fue abolido. Esta decisión disparó las cifras del empleo estatal. En la actualidad, hay una fuerza laboral de 4,9 millones, de los cuales 4,1 millones están en el Estado, que controla el 95% de la economía de ese país.
En 1993, cuando la isla tuvo una crisis por la caída del bloque soviético, Fidel Castro permitió el trabajo privado en algunos oficios, con pago de impuestos y sin contratación de asalariados. Dos años más tarde, los trabajadores privados eran 210 000. En 1996, se aprobaron los negocios familiares, abrieron los pequeños restaurantes “paladares” y se permitió el alquiler de habitaciones.
Otro anuncio sorprendió esta semana. A la nueva clase de pequeños empresarios que surja, el Estado les impondrá una carga fiscal de entre un 30 y un 35% con respecto a los ingresos brutos de esos trabajadores. Hasta este anuncio, la mayoría de habitantes no ha pagado impuestos.
Para los próximos meses se anuncian más cambios dirigidos a promover las iniciativas privadas locales e internacionales. Para los inversionistas extranjeros, el turismo es la corona de la reina, al ser la segunda actividad económica del país. En primer lugar están los servicios médicos.
El año pasado, la isla recibió 2,4 millones de turistas extranjeros que dejaron cerca de dos mil millones de dólares. La crisis económica mundial incidió para que esta cifra no aumente.
Esta apertura en el sector incluye la ejecución de proyectos con inversiones mixtas, 16 campos de golf, la edificación de áreas residenciales para extranjeros con derechos a compras inmobiliarias, construcción de marinas y el arribo de cruceros.
De esto da cuenta el periódico digital La Nueva Cuba. “Con ello, Cuba intenta entrar en el turismo de alto nivel. Una oferta indeclinable que hace el sector tecnocrático militar al capital internacional que esté dispuesto a perdonar el pésimo récord político del sistema, pero aprovechar sus innegables ventajas: recursos humanos capacitados, el 40% de las playas del Caribe, cayerías impresionantes, ciudades de rica arquitectura y un gobierno fuerte que garantiza que la insatisfacción social tiene una puerta abierta en la cárcel de Boniato”.
Unos 30 empresarios rusos encabezados por Alexander Radkov, vicepresidente de la Agencia Federal de Turismo rusa, asistieron a la Feria Internacional de Turismo para conocer la oferta, básicamente sol y playa, que goza de simpatías entre los rusos, como lo registró la agencia AFP.
Los simples anuncios no son suficientes. En declaraciones a la estatal Radio Rebelde, citadas por Reuters, Pavel Vidal, experto del Centro de Estudios de la Economía Cubana, recordó que para que el nuevo sector privado pueda despegar hará falta menos regulación, más inversión extranjera, microcréditos y un mercado mayorista de insumos”.
Estas medidas son vistas como reconocimientos tácitos de la cúpula cubana de que el sistema económico no está funcionando. El diplomático estadounidense Arturo Valenzuela, subsecretario de Estado para América Latina, fue tajante al afirmar que la reducción de empleos públicos y otras medidas para promover la iniciativa privada son un reconocimiento por parte del gobierno cubano del “fracaso del sistema ” en ese país.
Las decisiones económicas adoptadas por los dirigentes de la isla no hacen más que confirmar las expresiones que el ex presidente Fidel Castro emitió en una entrevista con Jeffrey Goldberg, de la revista The Atlantic.
“El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros” fue la frase que recorrió el mundo. Pero, Castro anunció que fue mal interpretado.
Para Julia Sweig, del Consejo de Política Exterior en Washington, que asistió a una entrevista que el periodista estadounidense hizo a Fidel Castro, la frase cobra nueva fuerza con estas medidas (las anunciadas esta semana). “Cuando el capitalismo mundial se adueñe del mundo entero, (Fidel Castro) seguirá oponiéndose a ello hasta el final, pero eso no significa que vaya a entorpecer el camino de su hermano ” , aseguró.
El tema del bloqueo estadounidense también fue puesto en el tapete del escenario internacional. El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, acusó a Barack Obama de endurecer el bloqueo económico “que es una pieza de museo de la Guerra Fría”.
Por ahora, los cambios en la economía cubana ocupan las primeras páginas. Otros como las libertades sociales y políticas están aún en los escritorios de los líderes cubanos.