Corea del Norte dice que su amenaza de prueba atómica en el Pacífico es 'literal'

El líder Kim Jong-Un asistiendo al Segundo Pleno del 7º Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte. Foto: AFP

El líder Kim Jong-Un asistiendo al Segundo Pleno del 7º Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte. Foto: AFP

Un funcionario del Gobierno de Kim Jong-Un dijo que la amenaza de una posible bomba nuclear sobre el océano Pacífico es 'literal' . Foto: AFP

Un oficial norcoreano ha advertido a Estados Unidos de que la reciente amenaza del régimen de realizar un ensayo nuclear sobre el océano Pacífico es firme y debe ser interpretada de "manera literal".

Así lo ha subrayado un alto funcionario de la Cancillería norcoreana, Ri Yong-pil, en una entrevista con la cadena estadounidense CNN.

El pasado 22 de septiembre el ministro de Asuntos Exteriores norcoreano, Ri Yong-ho, dijo que, en respuesta a las amenazas de intervención militar por parte de Estados Unidos, su país podría probar una bomba nuclear de hidrógeno en el océano Pacífico si el líder Kim Jong-un así lo decide.

"El ministro de Exteriores está muy al tanto de las intenciones de nuestro líder supremo, así que creo que se deberían interpretar sus palabras de manera literal", dijo Ri antes de advertir que Corea del Norte "siempre ha tornado sus palabras en acciones".

Corea del Norte ha realizado hasta la fecha seis pruebas nucleares, la última el pasado 3 de septiembre, pero todas han sido detonaciones subterráneas y no atmosféricas, como la que ha amenazado con realizar sobre el Pacífico.

El régimen de Kim Jong-un ha realizado además la mitad de estas pruebas -tres- en el último año y medio con el objetivo de cosechar nuevos avances en su programa atómico, cuya meta según Pyongyang es desarrollar misiles balísticos capaces de golpear con un arma nuclear EE.UU. que le sirvan a Pyongyang como elemento disuasorio.

En el último año, el visible incremento de pruebas de armas le ha valido a Corea del Norte dos nuevas condenas con sanciones de la ONU, algo que unido a la retórica belicista de la Administración de Donald Trump ha disparado la tensión regional a niveles inéditos desde el fin de la Guerra de Corea (1950-1953).

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