Los videos muestran a Lucas Villa en las calles y plazas de Pereira bailando, dando la mano a agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (Esmad), coreando el himno de su país, con un pañuelo alrededor del cuello, alegre, invocando a la justicia, denunciando “nos están matando en Colombia” en medio de las protestas que estallaron el 28 de abril del 2021. La mañana de este martes 11 de mayo, su hermano Helios Uribe dio la noticia: “Lucas no murió, a Lucas lo mataron”.
Lucas Villa, estudiante de Ciencias del Deporte y Recreación, recibió ocho disparos de bala la noche del miércoles 5 de mayo durante una protesta pacífica en Pereira. “QEPD. Nos recordamos en los corazones”, escribió su hermano en una historia de Instagram.
El universitario permaneció seis días en estado crítico y se convirtió en símbolo de una de las peores crisis sociales del país que deja al menos 27 personas muertas.
Villa, de 37 años, murió en el Hospital Universitario San Jorge, en esa ciudad del oeste del país, y el ataque que sufrió representa una de las peores agresiones a los manifestantes pacíficos de las movilizaciones que comenzaron el pasado 28 de abril contra el Gobierno del presidente Iván Duque.
“Acompañamos a la familia Villa con profunda tristeza tras la noticia del fallecimiento de Lucas”, dijo el martes Duque a través de su cuenta de Twitter al confirmar el deceso del manifestante, quien ayer fue diagnosticado con muerte cerebral.
Villa participó de manera activa en las protestas de los últimos días, coreando eslóganes de forma pacífica, bailando y motivando al resto de sus compañeros para rechazar la reforma tributaria, primero, y la brutalidad policial y otras políticas gubernamentales una vez que esta fue retirada por el Gobierno.
El joven se encontraba, junto a otros manifestantes, protestando de forma pacífica en el viaducto que comunica en Pereira, capital del departamento de Risaralda, con la vecina Dosquebradas, cuando personas vestidas de civil en una moto abrieron fuego hiriendo de gravedad a dos personas, a Villa y a Andrés Clavijo, quien despertó este fin de semana en el hospital, y a una más en la pierna.
“Repito lo que conversé con Mauricio, su padre, que sea esta la oportunidad para unirnos y manifestar nuestro rechazo a la violencia. A los responsables todo el peso de la ley”, agregó Duque.
Símbolo de protesta pacífica
El nombre de Villa fue enarbolado por miles de colombianos que conservaban la esperanza de que se recuperara y que a través del arte pidieron justicia para que atentados como los que sufrió no se repitan en el país. En algunos videos grabados antes del ataque, se ve a Lucas bailando en las calles, saludando a agentes de la Policía y vociferando mensajes como “nos están matando”.
En varias partes del país han surgido múltiples denuncias de intimidaciones a manifestantes por parte de hombres armados supuestamente opuestos al vandalismo y en algunos casos han sido incluso atacados a tiros desde vehículos de alta gama, como ocurrió con Villa.
El presidente Iván Duque condenó hace algunos días la agresión que sufrió Villa y pidió a las autoridades policiales aclarar las circunstancias del ataque y capturar a los responsables.
La Policía Nacional ofreció el pasado sábado 100 millones de pesos (casi USD 27 000) en recompensa por “información sobre los criminales que atentaron contra la vida del joven Lucas Villa”.
El director de la Policía, mayor general Jorge Luis Vargas, describió a Villa como un “símbolo de la manifestación pacífica en Colombia” y aseguró que a Pereira se enviaron “las mejores unidades del cuerpo élite para esclarecer ese doloroso hecho”.
Desde que comenzaron las protestas, al menos 27 personas han muerto durante las jornadas reivindicativas, según informó el pasado viernes 7 de mayo la Fiscalía y la Defensoría del país en un documento, en el que aclara que, de esos fallecimientos, 11 están ligados directamente con los hechos, siete están “en verificación” y hay nueve que no tienen relación con las protestas.