Un trabajador cruza una calle en el distrito de negocios de Beijing. Los ministros de Finanzas de las 20 principales economías del mundo se reúnen en Shanghai el 26 de febrero. Foto: AFP
China aprobó el viernes 26 de febrero del 2016 la primera ley del país para la “exploración de recursos en el fondo marino profundo”, en plenas tensiones por lo que algunos países consideran una escalada de sus actividades en aguas del Pacífico y en islas en disputa con países vecinos.
La ley, que fue aprobada en la sesión bimensual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Legislativo chino) tras una segunda lectura -si bien lo habitual es que las leyes se aprueben a la tercera o cuarta-, especifica que busca proteger “el medioambiente marítimo y asegurar su explotación sostenible”, publica hoy Xinhua.
Un borrador de la ley que salió a la luz el pasado miércoles, antes de ser aprobada, subrayó que las actividades marítimas “deberán seguir los principios de uso pacífico, cooperación y reparto”.
Sin que hayan salido a la luz más detalles de la ley, su pronta aprobación coincide con un aumento de las tensiones entre China y EE.UU., así como entre Pekín y países vecinos, por lo que algunos ven como una escalada de las actividades de la segunda economía mundial principalmente en el Mar de China Meridional.
China considera que tiene un derecho histórico sobre casi la totalidad de esas aguas, y ha tomado iniciativas como construir hasta siete islas artificiales o desplegar un sistema de lanzamiento de misiles tierra-aire y aviones de combate en una isla de las Paracel, cuya soberanía es también reclamada por Taiwán y Vietnam.
Pekín defiende que el objetivo principal de sus instalaciones es civil y científico, y niega estar militarizando la zona, como le acusa EE.UU.
Taiwán, Brunei, Malasia, Vietnam o Filipinas también reclaman sus derechos en la zona, rica en recursos naturales, especialmente petróleo y gas, y clave para las rutas de navegación, acogiendo un tercio del tráfico mundial marítimo.