Foto de archivo tomada el 1 de mayo de 2018, que muestra a un trabajador manipulando cables de acero en una fábrica en Lianyungang, en la provincia oriental china de Jiangsu. Foto: AFP
Una delegación de alto nivel del Gobierno de Estados Unidos concluyó este viernes, 4 de mayo del 2018, una visita de dos días a China sin haber logrado un acuerdo para resolver la disputa comercial entre las dos potencias mundiales.
“Las dos partes han reconocido que en algunas cuestiones todavía hay grandes diferencias y que tienen que reforzar su trabajo y lograr más avances”, dijo la agencia estatal de noticias Xinhua al término de una reunión en Pekín entre el viceprimer ministro chino, Liu He, y la delegación estadounidense, encabezada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Según Liu, los dos países coinciden en que las cuestiones económicas y comerciales relevantes deben resolverse mediante el diálogo y las consultas. Las partes acordaron crear un mecanismo de trabajo para continuar discutiendo los contenciosos.
Mnuchin y su equipo, también integrado por el secretario de Comercio, Wilbur Ross, el representante para Comercio, Robert Lighthizer, y los asesores económicos Peter Navarro y Larry Kudlow, viajaron el jueves (3 de mayo) a Pekín para mantener negociaciones con las autoridades chinas.
Según Xinhua, las dos partes intercambiaron opiniones sobre las posibilidades de que Estados Unidos incremente sus exportaciones a China. También abordaron la protección de la propiedad intelectual y la imposición recíproca de aranceles. En algunos ámbitos se había alcanzado un consenso, indicó la agencia noticiosa.
Con su viaje, la delegación estadounidense al menos ha dado un paso para “evitar una masiva guerra comercial“, escribió el periódico estatal chino ‘Global Times’ en un comentario publicado antes de que concluyeran las conversaciones.
El conflicto entre los dos países escaló después de que Estados Unidos impusiera aranceles punitivos al acero y el aluminio producidos en China y más tarde amenazara con aplicar más aranceles por un valor de hasta USD 150 000 millones (125 000 millones de euros).
China, por su parte, amenazó con tomar represalias. Con motivo de la llegada de la delegación a Pekín, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había anunciado en Twitter su deseo de reunirse pronto con su homólogo chino, Xi Jinping. “Siempre tendremos una relación buena (magnífica)”, escribió Trump.
El presidente pretende reducir el abultado déficit comercial de su país con China. Tan solo el año pasado, las exportaciones del gigante asiático a Estados Unidos superaron en 375.000 millones de dólares (303.300 millones de euros) a las importaciones chinas provenientes del país norteamericano.
La Casa Blanca también acusa a China de violar los derechos de propiedad intelectual y de robar tecnología, lo que contribuye a aumentar aún más, según Washington, el desequilibrio en las relaciones comerciales bilaterales.
Washington intenta buscar además una respuesta a la ambiciosa estrategia industrial china denominada ‘Made in China 2025’, con la que la República Popular pretende convertirse en líder mundial de tecnología.