En esta foto de archivo tomada el 29 de junio de 2019, el presidente de China, Xi Jinping (der), se da la mano con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, antes de una reunión bilateral al margen de la Cumbre del G20 en Osaka.Foto: AFP
China reiteró este jueves 15 de agosto del 2019 que tomará represalias contra la subida de aranceles que anunció en agosto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aunque no especificó en que consistirán.
En un escueto comunicado, el Ministerio de Finanzas incidió hoy en que el país asiático “deberá tomar contramedidas” si EE.UU. finalmente impone nuevos aranceles del 10 % sobre importaciones chinas valoradas en USD 300 000 millones a partir del próximo 1 de septiembre.
Según Finanzas, la medida estadounidense supuso una “seria violación” de los consensos alcanzados entre los líderes de los dos países, Xi Jinping y Donald Trump, y una “desviación del camino correcto para negociar y resolver sus diferencias”.
Sin embargo, el pasado martes 13 de agosto EE.UU. anunció que retrasaba hasta el 15 de diciembre parte de la subida de aranceles que entrarían en vigor en septiembre.
Con ese alivio temporal de la presión ante una nueva ronda de negociaciones, EE.UU. pareció reflejar su preocupación sobre el impacto que la guerra comercial con el gigante asiático tiene en la economía nacional, que ha ido creciendo en los últimos meses.
Pero China parece hacer oídos sordos al retraso en la aplicación de la subida arancelaria de Trump, quien reconoció públicamente que los gravámenes podrían “impactar” a los ciudadanos, algo que hasta ahora había negado rotundamente.
Está previsto que una delegación del Ejecutivo chino viaje a Washington a principios de septiembre para continuar con las negociaciones sobre un futuro acuerdo comercial entre ambas potencias económicas, aunque hasta ahora se desconoce la fecha exacta.
No obstante, China sigue pensando que debe tomar las contramedidas que considere necesarias tras fracasar la última ronda de conversaciones que tuvo lugar en julio en Shanghái y el posterior anuncio de Trump.
El Gobierno estadounidense advirtió el pasado 1 de agosto de la imposición de nuevos aranceles del 10 % sobre importaciones chinas valoradas en USD 300 000 millones a partir del 1 de septiembre, a pesar de que las negociaciones comerciales entre los dos países siguen en pie.
La guerra comercial entre EE.UU. y China, desencadenada por el agresivo proteccionismo de Trump desde su llegada al poder en enero de 2017, alcanzó su punto álgido en mayo con la imposición de un arancel del 25 % a importaciones chinas por valor de USD 250 000 millones, casi la mitad del total.
A ello respondió Pekín con la aplicación de gravámenes similares a USD 110 000 millones en importaciones estadounidenses.
Las “tensiones comerciales” entre las dos mayores economías mundiales tienen consecuencias en todo el mundo, y en sus últimas previsiones de crecimiento global presentadas la pasada el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión global al 3,2% este año, una décima menos que en abril.