Chilenos festejan su independencia entre temblores y empanadas

Desde el pasado miércoles la tierra no ha dejado de danzar bajo los pies de los chilenos pero eso no ha impedido que la gran mayoría de ellos hayan festejado con cuecas, fondas y empanadas el 205 aniversario de su independencia.

Ni el terremoto de 8,4 grados en la escala de Richter, el más fuerte del mundo en lo que va de 2015, ni las más de 300 réplicas que se han producido desde el pasado 16 de septiembre lograron derribar por completo las jornadas de exaltación nacional y el desenfreno culinario con el que los chilenos recuerdan el inicio de su proceso de independencia de la Corona Española.

El 18 de septiembre se recuerda en Chile la instauración, en 1810, de la primera Junta de Gobierno, que dio inicio al proceso de independencia de la Corona de España y que culminó en 1818, mientras que el día 19 se celebra el Día de las Glorias del Ejército.

El violento movimiento telúrico no impidió que muchos capitalinos decidieran seguir con sus planes de cambiar el telón de fondo de sus anheladas fiestas y escapar hacia el campo o la costa chilena.

En un Santiago ya casi vacío, el jueves se dio inicio oficial a los festejos en el parque O'Higgins del centro de la capital con una breve y simbólica ceremonia, marcada por el terremoto y el tsunami que el día anterior azotaron gran parte del país.

A diferencia de años anteriores, en esta ocasión no hubo mandatarios con poncho y sombreros bailando pie de cuenca -la tradicional danza chilena que se ejecuta pañuelo en mano-, pues autoridades y ministros se encontraban en el norte, en la zona de Illapel, epicentro del fenómeno telúrico, para hacer un diagnóstico de las consecuencias del sexto terremoto más grande de la historia del país.

El sismo, que azotó las regiones de Coquimbo, O'Higgins y Valparaíso, en el centro y norte del país, ha dejado 13 muertos, 5 desaparecidos, 3.606 damnificados y cuantiosas perdidas materiales, según el último balance entregado por la Oficina Nacional de Emergencia.

Una de las celebraciones más afectadas por el terremoto fue la tradicional 'Pampilla', una acampada que se celebra durante las fiestas patrias de Chile en la ciudad de Coquimbo, una de las zonas más devastadas por el terremoto y el posterior tsunami. Tras el movimiento telúrico y la suspensión de algunos espectáculos, la fiesta ha recibido 160 000 asistentes menos que en los años anteriores, lo que no ha desalentado a las más de 40.000 personas que cada año acampan en la zona y que en esta ocasión tuvieron que compaginar las tareas de remoción de escombros con los brindis y las celebraciones.

El contraste en La Pampilla entre el ánimo festivo y el inesperado suceso refleja lo que ha sucedido estos últimos días en todo Chile, un país en el que las placas de Nazca y Sudamericana chocan constantemente y que pertenece al llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se localizan tres de cada cuatro volcanes que hay en el mundo.

Pero este domingo La Pampilla decidió darle un giro solidario a sus celebraciones y anunció la realización de un variado espectáculo al que los asistentes podrán ingresar tras entregar alimentos, útiles de aseo o frazadas para los damnificados.

El sismo tampoco consiguió derribar las ganas de festejar de muchos chilenos a lo largo del país, quienes a pesar de la trémula cotidianeidad decidieron levantar fondas y ramadas donde festejaron su independencia con abundantes asados de carne, sorbos de chicha -bebida que se obtiene mediante la fermentación de la uva- y mucho pisco, cuyo origen se disputan peruanos y chilenos-.

Tampoco faltaron los populares "terremotos", los explosivos cócteles elaborados a base de vino blanco y helado de piña, que demuestran el talento de los chilenos para tomarse con humor la fuerte actividad sismológica del país y sus desastres naturales.

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