El fiscal del Distrito Este de Nueva York, Robert Capers (c), ofrece una rueda de prensa para anunciar los cargos del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán en la Corte Federal de Brooklyn, en Nueva York. Foto: EFE
A menos de 24 horas de haber sido extraditado desde México a los Estados Unidos, el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán hizo frente al abultado expediente que lleva su nombre y que lo acusa, entre otras cosas, de dirigir la organización criminal conocida como el Cártel de Sinaloa.
El viernes 20 de enero del 2017 ante la Corte Federal del distrito este de Nueva York, con sede en Brooklyn, la defensa de quien fuera uno de los criminales más buscados por las autoridades estadounidenses lo declaró “no culpable” de los 17 cargos que se le imputan.
Guzmán, de 59 años, fue acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de delitos como tráfico de drogas, posesión de armas, conspiración para cometer homicidios, secuestro y lavado de dinero.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, “El Chapo” tuvo ingresos por USD 14 000 millones por la venta de narcóticos en Estados Unidos y Canadá.
Durante su investigación, las autoridades estadounidenses han incautado unos 200 000 kilos de cocaína al Cártel de Sinaloa. Los cargos implican cadena perpetua para “El Chapo”, que fue extraditado de manera sorpresiva el jueves desde la fronteriza Ciudad Juárez, colindante con El Paso, Texas, y fue trasladado directamente a Nueva York.
“Guzmán Loera es el supuesto líder de una empresa criminal multinacional de miles de millones de dólares que llevó drogas a nuestras calles y violencia y miseria a nuestras comunidades”, dijo la fiscal general interina, Sally Yates, en Nueva York.
“Está acusado de usar la violencia, incluyendo la tortura y el asesinato, para mantener un control cerrado del tráfico de drogas a través de la frontera entre Estados Unidos y México que invadió nuestra comunidad y otras en todo el país”, indicó.
Las autoridades estadounidenses aseguraron haber reunido “evidencia significativa” en contra de Guzmán para lograr que uno de los capos “más peligros y temidos” pague por sus crímenes en ese país, donde enfrenta cargos en seis cortes. “Nos complace haber trabajado con nuestros socios federales de aplicación de la ley para lograr la extradición de ayer (19 de enero), y esperamos compartir las pruebas reunidas en esta investigación en el proceso penal que se seguirá”, dijo el director de Investigaciones de Seguridad Nacional, Peter Edge.
“Después de años de reunir evidencia en múltiples investigaciones, el FBI y nuestros socios de la ley harán todo lo posible para llevar a ‘El Chapo’ a la Justicia”, añadió el director interino del FBI en Nueva York, William Sweeney.
La extradición de Guzmán, que se realizó en la víspera de la toma de mando de Donald Trump en Estados Unidos, fue concedida el 10 de mayo por México a pedido de dos cortes de Texas y California. El proceso se alargó debido a varios amparos interpuestos por la defensa del líder del Cártel de Sinaloa. El Gobierno mexicano informó que luego aceptó un pedido formal por parte de Estados Unidos para juzgarlo por “delitos adicionales” en Nueva York. Sin embargo, indicó que de acuerdo con el tratado de extradición, no se le puede aplicar la pena de muerte.
El expediente de Nueva York incluye al socio de Guzmán, Ismael “El Mayo” Zambada, que sigue prófugo, y consta de 33 páginas. Los cargos serán procesados en conjunto por las fiscalías en Brooklyn y Miami.
Las autoridades mexicanas señalaron que Guzmán todavía tiene diez procesos pendientes en el país y que una vez que cumpla su condena en Estados Unidos, tendrá que regresar para continuar su proceso.
La extradición de “El Chapo” marca el fin de su liderazgo en el Cártel de Sinaloa, uno de los más violentos en México, aunque actualmente se encuentra debilitado. La ausencia de su máximo cabecilla le resta aún más fuerza, según los analistas.
Guzmán fue trasladado a Estados Unidos después de dos espectaculares fugas de cárceles mexicanas. La primera fue en 2001, cuando huyó de la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, en el estado de Jalisco, escondido en un carrito de lavandería y con la complicidad de agentes custodios.
Tras 13 años prófugo, fue capturado y recluido en el Altiplano, en el centro del país, del cual escapó en julio de 2015 a través de un túnel de 1.500 metros. Estuvo seis meses sin paradero conocido hasta que fue recapturado en enero de 2016 en Los Mochis, en el estado de Sinaloa.
En Estados Unidos han asegurado que no escapará. “No van a excavar un túnel hasta su baño”, dijo en conferencia de prensa Ángel Meléndez, del Departamento de Seguridad Nacional, quien agregó que pudo ver “miedo” en los ojos del capo. “Miedo a la Justicia estadounidense”.