Libia y Suiza pusieron fin a una guerra diplomática, que incluyó represalias económicas, inmigratorias y hasta judiciales, que duró dos años e involucró a la Unión Europea.
El “cese de hostilidades” se formalizó ayer en Trípoli, con la firma de un acuerdo entre los cancilleres de Libia, Moussa Koussa, y de Suiza, Micheline Calmy-Rey.
En la ceremonia participó el canciller español Miguel Ángel Moratinos, dado que España ejerce la Presidencia de la UE, para demostrar la importancia que la Unión Europea atribuye a las relaciones con Libia.
De la parte suiza llegaron excusas por la publicación de fotos de prontuario del hijo de Muamar Kadafi, Hannibal, obtenidas por la Policía en el momento de su arresto, un año atrás. Por la misma razón, el cantón de Ginebra le concedió un resarcimiento de 1,5 millones de euros.
De la parte libia, se aprobó la liberación del empresario suizo Max Goeldi, arrestado en Libia el 19 de julio del 2008, junto a otro hombre de negocios, Radhid Hamdani, por haber violado las leyes de inmigración.
La crisis estalló tras el arresto de Kadafi y de su mujer, Aline, en Ginebra, el 15 de julio del 2008, por maltrato a dos empleadas domésticas. Fueron liberados bajo fianza 11 días después.
Tres meses después, cuando el caso parecía cerrado, el Gobierno de Libia decidió suspender la concesión de petróleo a la filial de la Swiss Air en Trípoli. Y poco después, el diario suizo La Tribune de Geneve publicó las fotos de Hannibal.
La publicación de las fotos irritó al Gobierno libio y en noviembre del 2009 Goeldi y Hamdani fueron condenados a 16 años de prisión y al pago de una fuerte multa. Este año, Hamdani fue absuelto y a Goeldi se le redujo la pena a cuatro años de cárcel.