Inundaciones, derrumbes y otros incidentes climáticos han dejado una secuela de más de 300 muertos e incalculables daños materiales en Centroamérica. Esto desde que en mayo pasado se inició la temporada de lluvias, una de las más crudas de los últimos tiempos.
La principal amenaza que enfrenta esta parte del continente por el cambio climático es provocada por el ciclo del agua, pues las lluvias son cada vez más intensas y concentradas, según organismos de medio ambiente.
El clima se ha ensañado con Guatemala, Nicaragua, Honduras y México, países donde se concentra el mayor número de víctimas y la mayor devastación, cuyos costos monetarios apenas empiezan a ser contabilizados por los gobiernos del istmo.
Guatemala fue declarada el sábado en “estado de emergencia nacional” por el presidente Álvaro Colom. Los aguaceros y deslaves que han azotado a este país dejaron hasta ayer 45 muertos, 16 desaparecidos y los damnificados suman unos 51 000.
“El principal factor de riesgo y desastre está en los temas relacionados con el ciclo del agua, lluvias más intensas en períodos más cortos concentrados en una región determinada”, declaró Roberto Rodríguez de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo CCAD.
Las precipitaciones, que se iniciaron en mayo, han rebasado los niveles históricos registrados en los países de la región, según los Servicios Meteorológicos.
En El Salvador, entre mayo y agosto se habían acumulado 1 943 milímetros de agua, cuando el promedio histórico era en ese período de 1 215 milímetros, en 1996, declaró Luis García, del Servicio Meteorológico.
“Los niveles registrados hasta el 31 de agosto superan a los del 2005 y 2008, en que se tuvo los valores más fuertes de lluvias (de la década)”, afirmó el meteorólogo César George, del Instituto Nacional de Sismología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
El resto de países centroamericanos tienen un panorama similar de incremento de lluvias.En Costa Rica, tres personas murieron en la provincia de Guanacaste tras un derrumbe que sepultó una vivienda. Lo más preocupante para las autoridades de la región es que lo más crudo de la temporada apenas empezó el 1 de septiembre, y se prolongará al menos hasta el 30 de octubre.
La tormenta tropical Hermine, que avanza por el Golfo de México hacia la costa noreste de ese país, provocará más lluvias, donde ya hay vastas zonas inundadas e incomunicadas en el sur por el desbordamiento de varios ríos. En los estados de Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Guerrero las precipitaciones de los últimos días han dejado más de 370 000 damnificados y al menos ocho muertos. En Tlacotalpan, un 70% de los 14 000 habitantes tuvo que ser evacuado por la crecida del río Papaloapan.