El incendio que afectó al puerto chileno de Valparaíso dejó al descubierto el lado oculto de una de las ciudades más turísticas y conocidas de este país sudamericano, que esconde entre sus colinas un coctel de miseria y abandono.
El incendio iniciado el sábado 12 de abril y que aún mantenía algunos focos en llamas dos días después, dejó al menos 15 personas muertas, 2 200 casas completamente destruidas y 10 000 damnificados, según el saldo provisional.
Las llamas consumieron al menos seis de los 42 cerros de esta peculiar ciudad, que se erige como un gran anfiteatro natural que mira hacia el océano Pacífico.Jorge Llanos, de 60 años, vivía en el cerro El Litre. El sábado temprano partió a su trabajo de comerciante en un puesto de verduras en una feria de Quilpué, una localidad cercana a la central Valparaíso.
Venía de vuelta en el bus cuando vi el infierno. Me bajé y desde la calle miré hacia el cerro: ‘¡mi casa!’, grité. Cuando llegué era demasiado tarde”, relató. Llanos duerme desde la noche del incendio en el albergue habilitado en la escuela Grecia. Ayer subió a ver su casa: “No hay nada… lo perdí absolutamente todo”, dijo entre sollozos tras visitar el lugar donde vivía cerca de unos familiares.
Valparaíso, situada 140 kilómetros al noroeste de Santiago, es una bahía rodeada de montañas en las que habita la mayor parte de sus habitantes, y el segundo puerto más importante del país. Sin embargo, 22% de los 253 000 habitantes de la comuna (municipio) viven actualmente por debajo de la línea de la pobreza, mientras el promedio nacional es del 14%.
Además, es una de las zonas con mayor cantidad de familias que viven en campamentos, como se llaman en Chile a los barrios informales y pobres sin agua, luz ni alcantarillado.
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Según la organización no gubernamental Techo Chile, Valparaíso es la ciudad que tiene más barrios informales en todo el país, y la región del mismo nombre alberga a un tercio de las familias que viven en esos campamentos.
En materia de desigualdad, Valparaíso también ostenta un récord: mientras el ingreso mensual por persona del 10% más pobre de su población es de apenas USD 270, el de su 10% más rico supera, en promedio, los USD 7 200.
Una larga e intensa sequía, los vientos fuertes y las inusualmente elevadas temperaturas para el otoño austral se conjugaron para que este fuera “el incendio perfecto”, trató de disculpar el jefe regional de Valparaíso, Ricardo Bravo.
Los expertos coinciden en que lo urgente ahora es aplacar la tragedia. Pero luego se requerirá voluntad política para resolver la precariedad del “puerto loco”, como lo llamó Neruda en su ‘Oda a Valparaíso’, desde la atalaya de su casa-barco La Sebastiana. La ciudad, decía el poeta, pronto deberá olvidar las lágrimas para volver a “pintar puertas verdes y ventanas amarillas”.
Otro retraso para Bachelet
La postal del Chile a medio camino entre el dolor y la reconstrucción vuelve a repetirse en el peor momento y, con toda seguridad, retrasará los planes refundacionales que Michelle Bachelet prometió durante la campaña.
Ya la semana pasada la Presidenta esbozó la posibilidad de que las 56 medidas que se llevarían a cabo en los primeros 100 días de gestión sufrieran cambios producto del reciente sismo en Iquique.
Su conocida capacidad de sobreponerse, tan destacada por la prensa mundial, será puesta a prueba en un Chile que no alcanza a lamentar una tragedia cuando ya se ve envuelto en otra. Cuando la gente del norte aún no sabe cómo retomar sus vidas tras el sismo, el fuego de Valparaíso y el largo drama que ello conlleva son un duro y nuevo golpe para la carrera que Bachelet pretendía correr con su reforma tributaria, otra educacional y el proceso de alcanzar una nueva Constitución.
Bachelet no alcanzó a cumplir un mes en el poder, cuando la sorprendió el terremoto del 1 de abril (8,2 grados), que dejó seis muertos y una nueva tragedia social en el norte.
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Ajuicio de muchos, el camino hacia las reformas prometidas se volvió más pesado, pero pese a todo aún no es una meta imposible. Siempre y cuando la naturaleza y la tragedia no vuelvan a sorprenderla.
Por lo pronto, el experto en riesgo internacional certificado de la ONU, Rodrigo Reveco aseguró que faltan al menos 20 días para controlar el fuego en Valparaíso. “Si llega viento, es posible que se active nuevamente. Es lo mismo que las brasas de un carbón”, agregó.