Los países del Caribe examinan la desalinización del agua marina y la siembra de nubes para soportar una escasez de lluvias que amenaza la economía regional.
El agua potable se está transformando en un bien escaso. El aumento de la población y el cambio climático hacen que la cantidad de agua necesaria sea cada vez mayor, no solo para el consumo directo sino también para la agricultura.
En Santa Lucía y Trinidad y Tobago hay advertencias de penas de cárcel para los consumidores que violen las medidas que limitan el uso del agua exclusivamente a beber, cocinar e higienizarse.
Desde Trinidad y Tobago, en el extremo sur del Caribe, hasta Jamaica, en el norte, los gobiernos imponen racionamientos para soportar la drástica caída de reservas en ríos, lagos y embalses y, algunos, como Guyana, bombean fondos para ayudar a los agricultores.
El primer ministro de Trinidad, Patrick Manning, está convencido del vínculo de esta sequía con el cambio climático. Su Gobierno busca ampliar la única planta desalinizadora del país para evitar la “excesiva dependencia de las fuentes superficiales de agua”.
Según su ministro de Instalaciones Públicas, Mustafá Abdul-Hamid, el nivel del agua dulce disponible “está muy por debajo de sus cotas habituales para esta época del año”. Las autoridades prohibieron el uso de agua para lavar automóviles y regar plantas y césped.
Para Collin Nym, gerente de la región sur de la entidad encargada del agua y el saneamiento de Trinidad, el panorama de 2010 se presenta malo para una de las principales plantas de tratamiento y para la central desalinizadora.
El Gobierno de Jamaica ha explorado la posibilidad de sembrar nubes, un procedimiento para dispersar sustancias químicas en el aire que actúen como condensadores de nubes, con el fin de aumentar las precipitaciones en zonas bajo severas sequías.
La CDPMN (siglas en inglés de la red de monitoreo de sequías y precipitaciones del Caribe), asegura que si bien la escasez de lluvias es objeto de estrecha observación, es difícil darse cuenta de que hay sequía hasta que sus efectos se sienten.
La escasez y la sequía han obligado a tomar acciones para el uso más frecuente de métodos de desalinización que empleen energías renovables para proporcionar soluciones sostenibles y ecológicas alrededor del mundo.