El fallecimiento del papa Francisco a los 88 años marca el inicio de un nuevo cónclave en 2025.
Los 133 cardenales electores deberán decidir quién será el próximo líder de la Iglesia Católica.
A pesar de que el 80% de estos cardenales fueron nombrados por Francisco, el grupo se presenta altamente dividido tanto por corrientes teológicas como por su origen geográfico.
Esta heterogeneidad plantea un escenario complejo en la Capilla Sixtina, sin una figura de consenso evidente.
¿Quiénes son los cardenales electores del cónclave 2025?
El colegio cardenalicio actual está compuesto por 133 cardenales menores de 80 años, que según el derecho canónico son los únicos con derecho a voto en el cónclave.
Esta cifra supera ampliamente a la del cónclave de 2013, cuando 115 cardenales eligieron a Jorge Bergoglio como pontífice.
Para este 2025, el número necesario para obtener la elección papal se eleva a 87 votos, dos tercios del total.
La mayoría, 108 cardenales, fueron creados por Francisco, mientras que 21 provienen de la época de Benedicto XVI y solo cuatro del pontificado de Juan Pablo II.
Diversidad de edades y continentes: un colegio global
La edad de los cardenales electores también influye en la dinámica del cónclave.
Solo 15 tienen menos de 60 años, mientras que 45 se encuentran entre los 60 y 70 años, y la mayoría, 73 cardenales, tienen entre 71 y 80 años.
El más joven, el ucraniano Mykola Bychok, de 45 años, representa la nueva generación eclesial, mientras que el español Carlos Osoro Sierra, de 79, es el de mayor edad.
Geográficamente, Europa sigue siendo el continente más representado con 49 cardenales, seguida por América (37), Asia (24), África (19) y Oceanía (4).
Corrientes internas: diplomáticos, moderados y conservadores
El colegio cardenalicio no solo se divide por edades y continentes, sino por corrientes ideológicas.
Entre los diplomáticos destaca Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, respaldado por cardenales de la Curia y exnuncios.
Parolin es visto como un candidato moderado, con capacidad de gestión y manejo de crisis.
Los cardenales moderados podrían apoyar a Mario Grech, secretario del Sínodo, o a Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo.
También suena Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, quien aboga por el diálogo interreligioso con el Islam, lo que le otorga una perspectiva global.
Estados Unidos: un bloque dividido dentro del cónclave
Con 14 cardenales, Estados Unidos aporta una significativa representación, aunque internamente están divididos.
Algunos apoyan a Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, conocido por su postura crítica frente a políticas migratorias y su presencia mediática.
Otros prefieren al discreto Robert Francis Prevost, cercano a Francisco y actual responsable de los obispos a nivel mundial.
Conservadores: entre el ultraconservadurismo y el conservadurismo moderado
Los cardenales conservadores presentan otra división interna. Entre los más radicales figuran Robert Sarah, de África, y Leo Burke, de Estados Unidos, poco probables como candidatos pero influyentes como “hacedores de reyes”.
Más viables son Wilhelm Eijk, arzobispo de Utrecht, o Peter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest, este último con aceptación también entre moderados.
Gerhard Ludwig Mueller, cardenal alemán, ya ha hecho declaraciones anticipando debates sobre temas controvertidos como las bendiciones a parejas homosexuales y la relación con el Islam, lo que podría polarizar aún más la elección papal.
Los cercanos a Francisco: continuidad del legado pontificio
Entre los favoritos que buscan continuar con la línea de Francisco, se menciona al cardenal filipino Luis Antonio Tagle, conocido como el “Francisco asiático”.
Su cercanía ideológica y pastoral con Bergoglio lo posiciona como un candidato fuerte, especialmente en sectores progresistas.
Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, también figura como un fuerte contendiente, respaldado por su experiencia en la mediación de conflictos internacionales y su labor social.
Con 55 cardenales italianos participando en el cónclave, la presión para elegir un papa italiano se intensifica.
Los medios locales promueven un regreso al papado nacional después de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
Las figuras italianas más mencionadas son Matteo Zuppi, Pietro Parolin y Pierbattista Pizzaballa, patriarca de Jerusalén, con una visión internacional pero con profundas raíces italianas.