El caos marcó la misa en la mina

El campamento se volvió a poblar. Los representantes de los medios de comunicación se agolparon a la llegada del minero Daniel Herrera al campamento Esperanza.

El campamento se volvió a poblar. Los representantes de los medios de comunicación se agolparon a la llegada del minero Daniel Herrera al campamento Esperanza.

En una mañana nublada, un grupo de13 mineros, de los 33 rescatados el miércoles pasado, y sus seres queridos recorrieron las improvisadas y desérticas calles del Campamento Esperanza.El sitio fue el mismo en donde las familias se instalaron a esperar el rescate. La zona que se pobló de periodistas de todo el mundo en el último tramo del operativo.

Pasadas las 10:00 de ayer comenzaron a llegar los mineros para participar de la ceremonia religiosa que estaba fijada para esa hora. La cita religiosa estaba a cargo del obispo de Valparaíso, monseñor Gonzalo Duarte, en su calidad de vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Chile.

Ayer, el campamento volvió a mostrar una cara similar a la que tenía un día antes del rescate, principalmente por la cantidad de medios nacionales y extranjeros que llegaron al lugar.

Estos acosaron insistentemente a cada uno de los rescatados durante su arribo a la mina, haciendo incluso necesaria la intervención de efectivos de Carabineros, quienes además desalojaron a algunos vendedores ambulantes que también llegaron al lugar.

Incluso, los uniformados debieron trasladar a los trabajadores en un retén móvil desde la entrada del campamento hasta el lugar donde se celebraría la misa, para evitar el asedio periodístico.

Pese a la custodia policial, algunos de ellos se dieron unos minutos para hablar con los medios que los requerían. Uno de ellos fue Claudio Yáñez. “Es superlindo estar acá, en algún momento pensamos que la perforadora (T-130) se había echado a perder, por eso ahora estamos muy contentos de estar con vida”.

“Vengo al infierno de nuevo, pero estamos más relajados y tranquilos. El corazón se me apretaba al llegar acá”, agregó la esposa del minero, Cristina Núñez.

En tanto, Luis Urzúa dijo escuetamente que “es bonito estar donde estuvieron nuestros familiares”, quienes arribaron en al menos cinco buses, camionetas y autos. Solamente algunos de ellos fueron autorizados para ingresar directamente al pique.

Pablo Rojas, el minero número 19 en ser rescatado, aseguró que estaba tranquilo al llegar a la mina, y pidió a la prensa esperar un tiempo para que los “33 de Atacama” cuenten lo ocurrido al interior de esta. “Es efectivo que hicimos un pacto de silencio para no hablar de estos temas hasta cuando creamos que sea el momento”.

Con respecto a la visita al lugar donde se accidentó, dijo que le trae recuerdos, “pero no son malos. Después de la visita quiero descansar por un tiempo”. Asimismo, enfatizó que pasará mucho tiempo antes de que vuelva a trabajar en un yacimiento.

Por su parte, Johnny Barrios y Juan Illanes anunciaron la posibilidad de crear una fundación para mostrar lo que aprendieron y colaborar en la solución de problemas de seguridad en minería.

“Ahora vamos a tener una causa. Tenemos que hacer algo juntos, la experiencia tiene que ser aprovechada. Lo ideal sería poder concretar una institución. Hay varias proposiciones que hay que evaluar en el futuro para mostrar lo que aprendimos. Los 33 tenemos que direccionar hacia dónde apuntaremos con esta causa para que estas cosas no vuelvan a repetirse”, dijo Illanes.

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