El primer ministro británico, David Cameron, buscó aliviar ayer tensiones entre Estados Unidos y Gran Bretaña respecto a BP. Fue en una reunión con el presidente estadounidense, Barack Obama, vista como una prueba para la “relación especial” entre sus países.
Cameron dijo que entiende “completamente el malestar que existe en Estados Unidos” por el rol de British Petroleum (BP), en el derrame de petróleo en el golfo de México y que la empresa debía tapar la filtración, limpiar el derrame y pagar las compensaciones a las víctimas.
Sin embargo, insistió en que la gigante petrolera británica no jugó un rol en la liberación del atacante de Lockerbie desde una prisión escocesa el año pasado y prometió que su gobierno atenderá constructivamente cualquier audiencia en el Congreso estadounidense sobre el caso. “No confundamos el derrame de petróleo (desde el 20 de abril pasado) con el atacante libio”, dijo Cameron a la prensa, junto a Obama, luego de las conversaciones en la Casa Blanca.
Cameron enfatizó que la liberación de Abdel Basset al-Megrahi fue una “mala decisión” de las autoridades escocesas.
Obama dijo confiar en que el Gobierno británico cooperará para que se conozcan todos los hechos sobre la liberación deAbdel Basset, autor del atentado de Lockerbie en 1988 en Escocia.
En un aparente intento por aliviar las preocupaciones estadounidenses, Cameron indicó a ABC News que había solicitado a su secretario de Gabinete revisar si algún otro documento en el caso podía hacerse público. Pero rechazó las demandas de legisladores estadounidenses de una investigación completa.
La primera visita de Cameron a Washington como primer ministro ocurrió al mismo tiempo que EE.UU.
emprendió medidas contra BP. Con la vista puesta en los fondos de pensiones y otras inversiones en su país, ha prometido defender a la atribulada compañía petrolera.
Explicó que es importante para Gran Bretaña y EE.UU. que BP permanezca “fuerte y estable” para cumplir sus promesas de compensar a las víctimas del derrame y por el bien de los intereses económicos de ambos países.
Los dos líderes presentaron un frente unido sobre la guerra en Afganistán, sanciones contra Irán y los esfuerzos por hacer avanzar la inestable recuperación económica global.
BP y su papel en el mayor derrame de la historia de Estados Unidos son un tema de alto perfil en las relaciones entre los dos países. Las diferencias mostradas por el tratamiento a BP y las medidas para la recuperación económica generaron nuevas interrogantes sobre si la histórica alianza anglo-estadounidense ya pasó sus mejores días.
Sin embargo, Obama rindió homenaje a la importancia de los lazos británico-estadounidenses: “nunca podemos decir que es suficiente EE.UU.y el Reino Unido disfrutan una relación realmente especial”.
De otro lado, BP vendió campos petroleros y de gas en Texas, Nuevo México, Canadá y en el desierto egipcio a la estadounidense Apache, por USD 7 000 millones, informaron ayer ambas empresas. BP recauda fondos para pagar las compensaciones por los daños en el golfo.