Lo bueno y lo malo de Petro en la Alcaldía de Bogotá

Gustavo Petro recupera su cargo como Alcalde de Bogotá, tras la aceptación del presidente Santos del fallo del Tribunal Superior de Bogotá, que dijo que se debían acatar las medidas cautelares solicitadas por la CIDH para el burgomaestre. 23 de abril de 2

Gustavo Petro recupera su cargo como Alcalde de Bogotá, tras la aceptación del presidente Santos del fallo del Tribunal Superior de Bogotá, que dijo que se debían acatar las medidas cautelares solicitadas por la CIDH para el burgomaestre. 23 de abril de 2

Si algo le reconocen adeptos y contradictores a Gustavo Petro son sus buenas intenciones. De hecho, su Plan de Desarrollo, que planteó como ejes de acción la eliminación de la segregación social, el enfrentamiento de los efectos del cambio climático y la defensa de lo público, ha sido elogiado en distintos escenarios.

En voces de expertos y ciudadanos, son temas a los que nadie se opone y por el contrario constituyen el ideal de una ciudad incluyente y respetuosa de la naturaleza.

Las primeras pinceladas para enfrentar la segregación han sido destacadas: mínimo vital de agua gratis para 650 000 familias, rebaja de tarifa en el transporte público y subsidio para los pobres en el sistema integrado de transporte.

No obstante, lo malo, es que la administración no ha podido garantizar la sostenibilidad a largo plazo de esas rebajas. De hecho, el secretario de Hacienda ha insistido en la necesidad de una reforma del sistema tributario para obtener más recursos.

También se ha destacado entre lo bueno el tema ambiental. Su propuesta de transporte limpio, con buses híbridos y taxis eléctricos han sido elogiados en el extranjero. Incluso, también se ha destacado el haber incluido en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) un paquete ambiental que protege el borde norte de la ciudad de la urbanización, crea nuevos humedales y fortalece al Fondo de Prevención de Emergencias.

No obstante, lo malo de ese proceso es que temas como el POT, que no ha logrado legitimarse porque está demandado, fue expedido por decreto del alcalde, después de ser negado por el Concejo.

El tema de las basuras, que finalmente le costó el cargo al alcalde, también ha estado lleno de polémica y contradicciones. Aunque Petro defendió el querer imponer un modelo público para el aseo, las cosas no han salido bien. La empresa de aseo no ha podido consolidarse y los carros, que conforman la flota del aseo atraviesan dificultades de mantenimiento que en la última semana generaron algunos problemas en la recolección.

Para muchos expertos y ciudadanos, del gobierno Petro no ha sido buena la polarización que generó con sus discursos en la ciudad. En su afán por concentrarse en los pobres, sacó de su discurso al resto de ciudadanos. De hecho, entrega una ciudad dividida y polarizada, como pocas veces en la historia de Bogotá.

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