Los principales destinos turísticos del Caribe mexicano: Cancún, Playa del Carmen, Tulum e Isla Mujeres, acumulan 27 carpetas de investigación por desaparición forzada desde 2018 hasta junio pasado, según informó Carlos Maya Girón, vicefiscal general de la zona norte del estado Quintana Roo.
Se trata de trabajadores del sector turístico o la construcción, las dos principales actividades económicas de la zona, que recibe al año, en sus 118 000 cuartos de hotel, más de 10 millones de turistas, que dejan ingresos superiores a los USD 10 000 millones.
María Esther Barrera ha perdido a tres hijos. El primero, de muerte de cuna, el segundo por una intoxicación, y del tercero no sabe de su paradero, pues en diciembre pasado desapareció en pleno corazón de la Riviera Maya, donde cada vez son más frecuentes estos casos.
Artemio Lorenzana Barrera, el hijo desaparecido de María Esther, nació en Tecpan de Galeana, en el también turístico estado de Guerrero, en 1968.
En Playa del Carmen, Artemio había conseguido fundar un pequeño negocio de tours. En una diminuta caseta apostada en la Quinta Avenida, la más transitada del destino, ofrecía paquetes turísticos; pero un grupo criminal le arrebató el negocio.
“Lo obligaron a trabajar para ellos, pero él pidió permiso de irse, porque no quiso estar ya ahí. Como al inicio no protestó ni nada, lo dejaron, pero tuvo que pagar para irse”, recuerda Guadalupe Lorenzana, prima de Artemio, también presente en la entrevista.
Casos se acumulan
Lo que ocurre en Quintana Roo, en el Caribe mexicano, refleja la crisis de desapariciones en el país, que en mayo pasado rebasó la cifra oficial de 100 000 personas desaparecidas y no localizadas desde que hay registro en 1964.
Ángel de la Cruz es otro joven desaparecido. Originario de Macuspana, Tabasco, llegó a Quintana Roo para trabajar como ayudante de albañil en las obras de un lujoso resort en la zona continental de Isla Mujeres.
El 15 de junio de 2020 se presentó a trabajar y el sábado siguiente fue levantado por unos sujetos porque el contratista de la obra les debía dinero, cuenta su padre, Vicente de la Cruz. “Fue para presionar al contratista”, relata el padre.
Lo mataron y arrojaron su cuerpo, junto a otros cuatro, a un costado del hotel, en una de las primeras fosas clandestinas conocidas del Caribe mexicano.
El crimen organizado controla obras de construcción en la zona conocida como Isla Blanca, según James Tobin, representante ciudadano del Consejo Nacional de Seguridad.
Tobin explica que los grupos criminales infiltran a uno de sus miembros en la obra para obtener información sobre los contratistas, personal y sobre los “dueños de la plaza”.
Los delincuentes extorsionan a albañiles, carpinteros y demás obreros con cuotas que oscilan entre los 300 y 500 pesos (entre USD 15 y USD 25), mientras que los contratistas deben pagarles “derecho de piso” (cobro forzoso del crimen organizado).
Crimen multinacional
Otro caso de mafia regional poderosa es el grupo venezolano denominado Tren de Aragua, que opera en varios países. Como cuenta la cadena BCC, tras el desalojo el pasado 16 de junio de 23 casas en el Cerro Chuño, un sector pobre de Arica (norte de Chile), la Policía encontró armas, drogas y el cadáver enterrado con signos de tortura de un hombre que ya llevaba un mes muerto, según la autopsia.
En algunos países de América Latina, este tipo de operaciones se han vuelto comunes en las últimas décadas, pero en Chile, uno de los países más seguros del continente, causa conmoción.
El presidente Gabriel Boric anunció que perseguirán a los criminales implicados. Según la Policía, los imputados forman parte del grupo Los Gallegos, brazo de la megabanda criminal venezolana que se ha expandido por casi todo el continente.
El Tren de Aragua nació en el estado del mismo nombre, en el norte de Venezuela, hace una década aproximadamente.
Según expertos, esa temida organización es liderada por Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias ‘Niño Guerrero’, quien actualmente está preso en la cárcel de Tocorón por varios delitos, entre ellos homicidio.
Pero hay consenso entre los expertos en que Tocorón es la ‘sede’ del Tren de Aragua y que desde allí se dirige a la organización.