Las labores de búsqueda de los posibles restos del Boeing 777 continuaron este viernes 21 de marzo sin éxito en una franja del sur del Océano Índico, lo que acrecienta la tensión entre los familiares de los pasajeros desaparecidos, quienes manifestaron su cólera a una delegación malasia en Pekín.
Cinco aeronaves de las fuerzas armadas estadounidenses y australianas rastreaban una remota y asilada parte del océano a 2 500 kilómetros al suroeste de Perth, azotada por los vientos y el fuerte oleaje, cercana a la Antártida.
Las imágenes por satélite mostraban dos objetos borrosos flotando en esta zona, y que han sido considerados tanto por Australia como por Malasia Airlines como pistas “creíbles”. Uno de estos objetos podría medir unos 24 metros.
El rastreo del viernes concluyó “sin ningún avistamiento”, dijo la autoridad australiana de seguridad marítima (AMSA) en un comunicado. Las tareas de búsqueda volvieron a ser visuales, sin basarse en los radares, con las aeronaves volando por debajo de las nubes para facilitar la labor de los observadores apostados en las ventanas, dijo el funcionario de AMSA, John Young. “Necesitamos más aeronaves para esta tarea”, añadió. El mal tiempo del día anterior dificultó la búsqueda.
El contingente aéreo lo conforman tres aparatos militares australianos P-3 Orions, un P-8 Poseidon de la marina estadounidense y un Bombardier Global Express civil.
La distancia de la costa australiana no hace más que dificultar los esfuerzos ya que los aviones sólo disponen de unas dos horas de autonomía para realizar la búsquedas antes de tener que regresar a Perth para repostar.
Un mercante noruego se sumó a las operaciones de búsqueda en la zona, mientras el buque australiano HMAS Success, que es capaz de recuperar cualquier resto del mar, tardará varios días en llegar.