Mohamed Bin Salmán, está tratando de abrir el país a los turistas extranjeros cambiando su imagen conservadora Foto: AFP
Las autoridades sauditas se distanciaron de un video oficial que desencadenó la controversia después de calificar el feminismo, la homosexualidad y el ateísmo como ideas extremistas.
La agencia de seguridad del estado de Arabia Saudita publicó el video animado en Twitter el fin de semana pasado, en un momento en que el príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, está tratando de abrir el país a los turistas extranjeros cambiando su imagen conservadora.
La agencia de seguridad dijo que el video, retirado de la plataforma, contenía “muchos errores” y afirmó que los responsables “enfrentarían una investigación formal”, según un comunicado publicado el martes por la agencia de prensa local.
También rechazó un informe en Al Watan, un diario local, que decía que las feministas serán encarceladas y azotadas.
En una declaración separada, la comisión de derechos humanos de Arabia Saudita subrayó que “el feminismo no está tipificado como delito” y que concede “la máxima importancia a los derechos de las mujeres”.
Las dos declaraciones no mencionan la homosexualidad ni el ateísmo, que son ilegales y se castigan con la muerte en este país musulmán.
El vídeo suscitó críticas entre los activistas, y Amnistía Internacional dijo que era “extremadamente peligroso”, con “graves consecuencias para los derechos a la libertad de expresión y la seguridad en el país”.
Arabia Saudita fue objeto de críticas internacionales durante mucho tiempo por el trato que dispensa a las mujeres. El príncipe Mohamed intenta aliviar las restricciones impuestas a las mujeres con múltiples reformas, incluido un decreto histórico que puso fin a una prohibición de décadas sobre las automovilistas.
En agosto, también se permitió a las mujeres obtener pasaportes sin solicitar la aprobación de sus “tutores” (padres, maridos u otros parientes varones) . La medida, parte del plan del príncipe Mohamed para renovar la imagen nacional, puso fin a una regla de larga data que provocó algunos intentos extremos de mujeres para huir del país.