El bombeo de petróleo por un oleoducto del sur de Colombia fue suspendido por tres ataques cometidos por supuestos guerrilleros izquierdistas, sin afectar la producción y las exportaciones de crudo desde esa región, informó el miércoles la estatal Ecopetrol.
Un funcionario de la estatal petrolera dijo que los ataques con explosivos contra el Oleoducto San Miguel-Orito (OSO) fueron cometidos el martes cerca al municipio de Puerto Caicedo, en el departamento de Putumayo, al sur de Colombia.
El ducto de 68 kilómetros de longitud tiene capacidad para transportar hasta 2 000 barriles por día (bpd) entre los campos de Loro y Colón en el municipio de San Miguel, en el selvático departamento de Putumayo, en la frontera con Ecuador, hasta Orito, en donde se conecta con el oleoducto Trasandino que evacua el crudo hasta el océano Pacífico para su exportación. Los dos campos producen en promedio un poco más de 1.200 barriles diarios de crudo.
En la zona en donde se produjeron los ataques operan rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el principal grupo rebelde del país que dice luchar por imponer un sistema socialista en este país de 46 millones de habitantes con marcadas diferencias entre ricos y pobres.
Fuentes militares atribuyeron el ataque a guerrilleros de las FARC, con las que se registraron combates después de los ataques al oleoducto y en los que murieron tres soldados.
La infraestructura petrolera y energética del país fue el blanco preferido de los ataques de las FARC y del más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN), en la década de los años de 1990.
Sin embargo, los ataques se redujeron considerablemente por una ofensiva militar contra los rebeldes que inició en el 2002 en el ex presidente Alvaro Uribe y que obligó a las guerrillas a replegarse a apartadas zonas montañosas y selváticas.
De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Defensa, en el 2010 se registraron 31 ataques a oleoductos.
La reducción de la violencia guerrillera permitió un aumentó de la inversión extranjera en el sector petrolero, que recibió más de 16 000 millones de dólares en los últimos ocho años.
El sector de hidrocarburos es uno de los principales con los que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos busca impulsar el crecimiento de la economía de al menos un 5 por ciento anual para reducir el desempleo y la pobreza.
La producción de petróleo de Colombia, el cuarto productor latinoamericano de crudo después de Venezuela, México y Brasil, cerró el año pasado en 785 000 bpd y para este año el Gobierno estima que llegará a entre 950 000 y un millón de bpd.
Sin embargo, en los últimos meses se han reactivado las acciones de la guerrilla contra el sector petrolero con ataques explosivos y secuestros, que se han sumado a una serie de protestas sociales contra las empresas dedicadas a las labores de exploración y explotación.